Hemos ido a pasear por Donostia
(una ciudad de tamaño pequeño, de unos 180.000 habitantes). Diría que menos de la
mitad de los paseantes llevábamos mascarilla, a pesar de que no siempre es
posible garantizar la distancia, las terrazas estaban completas y no se
respetaban las recomendaciones… Me temo que si no modificamos nuestras malas
costumbres tendremos un rebrote que nos dejará de nuevo temblando.
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