Mis hijas vinieron de pasar unos días de vacaciones en Roma y se quejaban de que había mucha contaminación, mucho polvo en el ambiente. La prueba estaba en su ropa que tenía cierto color terroso, sobre todo en los bordes. Había un vestido blanco en el que se notaba mucho y mi hija pequeña lo puso a remojo con un producto blanqueante. Llevaba ya un buen rato y no se notaba nada así que pensé que lo mejor sería meterlo en lejía. Lo aclaré con agua y centrifugué en la lavadora para quitar el exceso de agua. Mezclé lejía con agua, como muchas otras veces, y metí el vestido blanco. Al poco tiempo vi que se estaba tiñendo de rosa oscuro en algunas zonas y lo saqué rápidamente. ¿Qué había pasado? No me lo podía creer y no sabía qué hacer.
Mi hija mayor me propuso mirar en Internet y me sugirió meter el vestido en una mezcla de leche con agua caliente durante 12-24 horas como descubrió en algún lugar. Casi no podía empeorar, así que lo metí en una mezcla caliente de agua y leche, como proponía el consejo, y le puse un pequeño peso para que no asomara por encima del líquido. A la mañana siguiente, después de unas 10 horas, la mancha se había aclarado bastante, así que volví a calentar el líquido un poco y lo dejé que siguiera actuando. Por la tarde casi se había decolorado, por lo que volví a calentarlo otro poco y lo dejé. Al cabo de unas 24 horas el vestido parecía limpio ¡Increíble! Aunque encontramos un pequeño inconveniente: hubo que lavarlo dos veces porque le quedó ¡olor a queso!
Pero al usarlo y ver el vestido a la luz del sol, mi hija se dio cuenta de que el vestido tenía ligeras manchas amarillentas en algunos lugares, por lo que habría que seguir limpiando aunque realmente no sabía qué más hacer. Una conocida me recomendó utilizar Blanco Nuclear, un blanqueante bastante conocido desde hace años pero que yo no tengo costumbre de usar. Así que decidí probar. Seguí las instrucciones y ¡Oh, sorpresa! Han aparecido unas manchas marrones que me recuerdan las manchas iniciales… ¿Qué ha pasado? ¿Hemos vuelto a empezar? Tengo miedo de que se me desintegre el vestido de tanto lavar.
¿Qué rayos hay en el aire de Roma?
Mi hija mayor me propuso mirar en Internet y me sugirió meter el vestido en una mezcla de leche con agua caliente durante 12-24 horas como descubrió en algún lugar. Casi no podía empeorar, así que lo metí en una mezcla caliente de agua y leche, como proponía el consejo, y le puse un pequeño peso para que no asomara por encima del líquido. A la mañana siguiente, después de unas 10 horas, la mancha se había aclarado bastante, así que volví a calentar el líquido un poco y lo dejé que siguiera actuando. Por la tarde casi se había decolorado, por lo que volví a calentarlo otro poco y lo dejé. Al cabo de unas 24 horas el vestido parecía limpio ¡Increíble! Aunque encontramos un pequeño inconveniente: hubo que lavarlo dos veces porque le quedó ¡olor a queso!
Pero al usarlo y ver el vestido a la luz del sol, mi hija se dio cuenta de que el vestido tenía ligeras manchas amarillentas en algunos lugares, por lo que habría que seguir limpiando aunque realmente no sabía qué más hacer. Una conocida me recomendó utilizar Blanco Nuclear, un blanqueante bastante conocido desde hace años pero que yo no tengo costumbre de usar. Así que decidí probar. Seguí las instrucciones y ¡Oh, sorpresa! Han aparecido unas manchas marrones que me recuerdan las manchas iniciales… ¿Qué ha pasado? ¿Hemos vuelto a empezar? Tengo miedo de que se me desintegre el vestido de tanto lavar.
¿Qué rayos hay en el aire de Roma?
No hay comentarios:
Publicar un comentario