Nunca ha sido tan fácil sacar una foto y de hecho tenemos miles de fotos: en el móvil, en el disco duro del ordenador, en CDs y DVDs,…
Queremos salir guapos pero tampoco nos importa demasiado. Lo que importa es inmortalizar el momento… cualquier momento. Y sobre todo, que la cámara nos pille sonriendo: “Cheeese”
Hay algunos que se preocupan más del encuadre, del momento de la foto, de prepararla e, incluso, de irla a buscar. Y desde luego que los fotógrafos profesionales siguen preocupándose de que las fotos salgan bien hechas aunque son, en general, mucho más desenfadadas que las de antes.
Hace años, cuando los únicos que tenían cámara eran los profesionales, ir a sacarse una foto era algo muy especial. Se vestían para la ocasión y el fotógrafo se tomaba su tiempo para preparar la composición. Normalmente, nada de sonrisas, los protagonistas completamente serios.
He tenido ocasión de rebuscar entre fotos que no había visto nunca y me he encontrado de esas fotos antiguas en sepia. Impresas en cartón como si fuera una tarjeta postal y con el nombre del fotógrafo en el dorso. Muchas de ellas se utilizaban para enviar a la familia y ponerles al corriente de las novedades. De hecho, por detrás están preparadas como tarjetas postales, para enviar por correo. Pequeñas joyas.
Me preguntaba el por qué de esa sensación al ver una foto antigua y creo que es por esa especie de dignidad que rodea a los que están posando, a los protagonistas.
He escaneado algunas de ellas para compartirlas con vosotros. Algunas, ni siquiera sé de qué fecha son… una pena.
Esta foto está fechada el 8 de marzo de 1930 y se realizó en Rentería por Eugenio Figurski.
Esta otra se realizó el 8 de Diciembre de 1938 y vino desde Argentina.
Foto realizada en:
Chinchilla
S. Francisco, 17
Tarragona
No sé nada de estos novios. ¿Quiénes eran?
Creo que esta foto sería la más antigua de este lote.
Esta se realizó en:
Foto Millan
Unión, 18
Tarragona
Si os fijáis, casi ni los niños sonríen… pero eso no resta belleza a la foto.
Queremos salir guapos pero tampoco nos importa demasiado. Lo que importa es inmortalizar el momento… cualquier momento. Y sobre todo, que la cámara nos pille sonriendo: “Cheeese”
Hay algunos que se preocupan más del encuadre, del momento de la foto, de prepararla e, incluso, de irla a buscar. Y desde luego que los fotógrafos profesionales siguen preocupándose de que las fotos salgan bien hechas aunque son, en general, mucho más desenfadadas que las de antes.
Hace años, cuando los únicos que tenían cámara eran los profesionales, ir a sacarse una foto era algo muy especial. Se vestían para la ocasión y el fotógrafo se tomaba su tiempo para preparar la composición. Normalmente, nada de sonrisas, los protagonistas completamente serios.
He tenido ocasión de rebuscar entre fotos que no había visto nunca y me he encontrado de esas fotos antiguas en sepia. Impresas en cartón como si fuera una tarjeta postal y con el nombre del fotógrafo en el dorso. Muchas de ellas se utilizaban para enviar a la familia y ponerles al corriente de las novedades. De hecho, por detrás están preparadas como tarjetas postales, para enviar por correo. Pequeñas joyas.
Me preguntaba el por qué de esa sensación al ver una foto antigua y creo que es por esa especie de dignidad que rodea a los que están posando, a los protagonistas.
He escaneado algunas de ellas para compartirlas con vosotros. Algunas, ni siquiera sé de qué fecha son… una pena.
Esta foto está fechada el 8 de marzo de 1930 y se realizó en Rentería por Eugenio Figurski.
Esta otra se realizó el 8 de Diciembre de 1938 y vino desde Argentina.
Foto realizada en:
Chinchilla
S. Francisco, 17
Tarragona
Creo que esta foto sería la más antigua de este lote.
Esta se realizó en:
Foto Millan
Unión, 18
Tarragona
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