Como últimamente estoy pendiente de una llamada de teléfono: la de que llaman a mi marido para ir a quirófano, dejo algún post adelantado por si luego no puedo escribir. ¿Cómo iba a saber lo que iba a pasar?
El libro que os recomendé ayer, se lo había dejado a mi cuñado, que estaba hospitalizado y le gustaba mucho leer. Ya que a mí me había gustado, se lo dejé para que él también lo disfrutara pero ya no va a poder ser. ¡Ay, Manolo! Cuánto más habría preferido que te hubieras leído los dos libros gordos que te dejé...
¿Cómo ha podido ser todo tan rápido?
Hoy iré a tu funeral, con lo poco que te gustaban las iglesias... Y pensaré en la fragilidad de la vida y no quiero. No quiero porque la operación está tan cerca que quiero pensar que mi marido es fuerte y todo va a ir bien. Pero antes, yo tenía miedo y ahora tengo más.
Descansa en paz, Manolo, ya no sufrirás más pero, por favor, espéranos todavía unos años...
El libro que os recomendé ayer, se lo había dejado a mi cuñado, que estaba hospitalizado y le gustaba mucho leer. Ya que a mí me había gustado, se lo dejé para que él también lo disfrutara pero ya no va a poder ser. ¡Ay, Manolo! Cuánto más habría preferido que te hubieras leído los dos libros gordos que te dejé...
¿Cómo ha podido ser todo tan rápido?
Hoy iré a tu funeral, con lo poco que te gustaban las iglesias... Y pensaré en la fragilidad de la vida y no quiero. No quiero porque la operación está tan cerca que quiero pensar que mi marido es fuerte y todo va a ir bien. Pero antes, yo tenía miedo y ahora tengo más.
Descansa en paz, Manolo, ya no sufrirás más pero, por favor, espéranos todavía unos años...
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