Si no os secáis bien los pies después de ducharos, si os sudan mucho los pies, si no os cambiáis a menudo de calzado, si frecuentáis duchas de gimnasios,… podéis padecer de lo que se llama “pie de atleta”, que no es otra cosa que hongos en los pies. Es la zona más común de aparición, aunque no la única. Si notáis que la piel de los pies, normalmente entre los dedos, se quita con facilidad, como si se desescamara y que es más evidente cuando el pie está húmedo, lo más probable es que sea “pie de atleta”. Si el problema no es demasiado grave: sólo uno o dos dedos afectados, no demasiada superficie, la herida que puede llegar a formarse no sangra,… podéis intentar curarlo con el siguiente remedio, aunque si al cabo de una semana persiste, acudir al médico o al farmacéutico.
Necesitaréis: limón, alcohol (de tu botiquín, de 96º o similar) y bastoncillos de los que se utilizan para los oídos (o algodón).
En un recipiente pequeño (una tacita puede ser suficiente), mezclad el zumo de medio limón y la misma cantidad, aproximada, de alcohol. Con un algodón o un bastoncillo de algodón, untado en la solución, id extendiendo por toda la zona afectada. No temáis, no escuece en absoluto, a pesar de lo que pueda parecer y deja un agradable olor y frescor. En el caso de que os escueza mucho, suspended el tratamiento. Tened mucho cuidado de no volver a meter en la solución algodón con el que hayáis tocado vuestra piel para evitar contaminar la mezcla, siempre deberéis mojar una zona limpia. Después de utilizar, tapad con film de plástico para evitar que el alcohol desaparezca rápidamente por evaporación. Intentad daros la mezcla por la mañana y por la noche.
Es un tratamiento fácil y suele ser eficaz, pero en caso de que no lo sea, no lo dudéis: consultar al médico o al farmacéutico ya que los hongos pueden ser muy persistentes.
De todas formas, seguir siempre este consejo: secad muy bien el espacio existente entre los dedos de los pies. Si fuera necesario, podéis utilizar un secador para hacerlo. Así evitaréis la proliferación de hongos en vuestra piel.
Necesitaréis: limón, alcohol (de tu botiquín, de 96º o similar) y bastoncillos de los que se utilizan para los oídos (o algodón).
En un recipiente pequeño (una tacita puede ser suficiente), mezclad el zumo de medio limón y la misma cantidad, aproximada, de alcohol. Con un algodón o un bastoncillo de algodón, untado en la solución, id extendiendo por toda la zona afectada. No temáis, no escuece en absoluto, a pesar de lo que pueda parecer y deja un agradable olor y frescor. En el caso de que os escueza mucho, suspended el tratamiento. Tened mucho cuidado de no volver a meter en la solución algodón con el que hayáis tocado vuestra piel para evitar contaminar la mezcla, siempre deberéis mojar una zona limpia. Después de utilizar, tapad con film de plástico para evitar que el alcohol desaparezca rápidamente por evaporación. Intentad daros la mezcla por la mañana y por la noche.
Es un tratamiento fácil y suele ser eficaz, pero en caso de que no lo sea, no lo dudéis: consultar al médico o al farmacéutico ya que los hongos pueden ser muy persistentes.
De todas formas, seguir siempre este consejo: secad muy bien el espacio existente entre los dedos de los pies. Si fuera necesario, podéis utilizar un secador para hacerlo. Así evitaréis la proliferación de hongos en vuestra piel.
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