Hasta el momento, siempre os he hablado de los libros que me han gustado o, incluso, encantado. No tenía intención de hablar de aquellos que no lo han conseguido pero necesito comentaros el caso del último libro que he dejado sin terminar (*): “Viaje extraordinario al centro del cerebro” de Jean-Didier Vincent.
Tal y como estaba expuesto parecía un libro de cultura científica y a mí, de vez en cuando, me gusta leer libros que me hagan aprender, por lo que consideré que éste podría ser un buen candidato. Pero todo lo que he leído estaba plagado de términos científicos, las explicaciones farragosas, no entendía los dibujos y su humor no me hacía sonreír.
El libro es demasiado científico y no está estructurado de forma que vayas aprendiendo poco a poco, así que supongo que está dedicado a personas conocedoras del tema, pero en ese caso no debería estar expuesto de la forma en que lo estaba: parecía para el público en general y no para un público específico. Tiene 459 páginas y lo dejé cuando llevaba leída una tercera parte. En mi descargo puedo decir que lo he intentado pero flaco favor hace tanto al lector como al autor que la promoción no oriente el libro hacia el público adecuado.
(*) Uno de los pocos libros que he dejado sin terminar porque ya os he contado más de una vez que intento leerlos hasta el final porque muchos libros empiezan flojito pero van ganando en intensidad y si los dejamos podría ser que no les diéramos el tiempo que necesitan para llegar a nuestro corazón.
Tal y como estaba expuesto parecía un libro de cultura científica y a mí, de vez en cuando, me gusta leer libros que me hagan aprender, por lo que consideré que éste podría ser un buen candidato. Pero todo lo que he leído estaba plagado de términos científicos, las explicaciones farragosas, no entendía los dibujos y su humor no me hacía sonreír.
El libro es demasiado científico y no está estructurado de forma que vayas aprendiendo poco a poco, así que supongo que está dedicado a personas conocedoras del tema, pero en ese caso no debería estar expuesto de la forma en que lo estaba: parecía para el público en general y no para un público específico. Tiene 459 páginas y lo dejé cuando llevaba leída una tercera parte. En mi descargo puedo decir que lo he intentado pero flaco favor hace tanto al lector como al autor que la promoción no oriente el libro hacia el público adecuado.
(*) Uno de los pocos libros que he dejado sin terminar porque ya os he contado más de una vez que intento leerlos hasta el final porque muchos libros empiezan flojito pero van ganando en intensidad y si los dejamos podría ser que no les diéramos el tiempo que necesitan para llegar a nuestro corazón.
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