Tengo que aprovechar que estoy de vacaciones y hace buen tiempo.
Me gusta pasear por el campo y disfrutar de lo que me ofrece: de los olores, tanto los buenos como los menos buenos (sobre todo cuando hay animales cerca), los colores de las flores y de las mariposas o los insectos, y a veces, hasta de los sabores, como el de esas cerezas que estaban dulces y ligeramente ácidas.
Las bonitas flores de la malva.
Las fragantes flores de la abelia, adelantadas a su habitual época más cercana a septiembre.
Las flores de castaño con su extraño olor a ¿tierra mojada? Hacia octubre nos regalarán ricas castañas. Ahora que están en flor, podrás distinguirlos a distancia ya que sus flores (aunque de cerca no lo parezca) semejan estrellas y parecen árboles "estrellados".
La dulce madreselva con su agradable aroma. ¿Habéis probado su néctar? Tenéis que escoger las flores maduras, las reconoceréis porque son más amarillentas, arrancarlas con suavidad (si ha quedado algo verde por detrás, quitarlo) ponerlo a la boca como si fuera una pajita y aspirar mientas se quita el pistilo (esa especie de hilito con una bolita verde) notaréis un suave dulzor en vuestra boca.
Y de sorpresa ¡cerezas! dulces y ligeramente ácidas.
No sé si los cerezos tenían dueño pero, por si acaso, sólo cogimos una media docena.
Me gusta pasear por el campo y disfrutar de lo que me ofrece: de los olores, tanto los buenos como los menos buenos (sobre todo cuando hay animales cerca), los colores de las flores y de las mariposas o los insectos, y a veces, hasta de los sabores, como el de esas cerezas que estaban dulces y ligeramente ácidas.
Las bonitas flores de la malva.
Las fragantes flores de la abelia, adelantadas a su habitual época más cercana a septiembre.
Las flores de castaño con su extraño olor a ¿tierra mojada? Hacia octubre nos regalarán ricas castañas. Ahora que están en flor, podrás distinguirlos a distancia ya que sus flores (aunque de cerca no lo parezca) semejan estrellas y parecen árboles "estrellados".
La dulce madreselva con su agradable aroma. ¿Habéis probado su néctar? Tenéis que escoger las flores maduras, las reconoceréis porque son más amarillentas, arrancarlas con suavidad (si ha quedado algo verde por detrás, quitarlo) ponerlo a la boca como si fuera una pajita y aspirar mientas se quita el pistilo (esa especie de hilito con una bolita verde) notaréis un suave dulzor en vuestra boca.
Y de sorpresa ¡cerezas! dulces y ligeramente ácidas.
No sé si los cerezos tenían dueño pero, por si acaso, sólo cogimos una media docena.
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