Donde yo vivo, hay que aprovechar para salir cuando hace sol. Y cuando está nublado pero no llueve, también, porque si sales sólo cuando hace sol, te quedarás a menudo en casa.
Así que ayer, que estaba nublado pero no amenazaba lluvia, aprovechamos para ir a una zona de Jaizkibel a la que hace tiempo que no íbamos: “La bañera”. En vez de ir por el camino habitual, fuimos por el merendero Justiz. Si se deja allí el coche, enseguida se llega junto a la costa aunque un poco alto respecto al nivel del mar. En media hora se llega al lugar donde en marzo del 2008 embarrancó un barco que se llamaba MARO. Afortunadamente, al poco tiempo, ya no quedaba ni rastro.
Estas fotos están sacadas poco después de que el MARO encallara.
Si os fijáis en estas ovejas, una de ellas está todavía sin esquilar. La lana le cae a cada lado, a dos aguas, típico de la oveja latxa (la oveja autóctona) y que le facilita deshacerse del agua cuando llueve.
Si te diriges hacia el oeste, llegas a lo que yo llamé la primera vez que las vi: “las lagunas encadenadas”. El riachuelo del valle, rellena unas charcas a distintas alturas antes de llegar al mar.
Nos encontramos con un panel que recuerda el aterrizaje forzoso que Roland Garros, héroe francés de la I Guerra Mundial (su nombre os suena del torneo de tenis que se celebra en su honor), realizó en esta campa en su travesía París-Madrid al quedarse sin combustible. De aquí consiguió llegar a Donostia para entregar el primer correo aéreo de la historia.
Y llegamos a la cala que se llama “La bañera”.
Cuando éramos más jóvenes, en esta losa solíamos tomar el sol. Después de recordar viejos tiempos, nos damos la vuelta.
Y esta es la zona de la cala que se considera "La bañera" porque está un poco a resguardo de las olas.
Un enooorme corazón.
No hemos tardado más de una hora y las lagunas están invadidas por gaviotas. Parece que es la hora del baño vespertino.
Después de terminar la vuelta, hemos tomado algo en el merendero para refrescarnos. El merendero es un caserío típico de la zona. El techo es de madera, con gruesas vigas.
Así que ayer, que estaba nublado pero no amenazaba lluvia, aprovechamos para ir a una zona de Jaizkibel a la que hace tiempo que no íbamos: “La bañera”. En vez de ir por el camino habitual, fuimos por el merendero Justiz. Si se deja allí el coche, enseguida se llega junto a la costa aunque un poco alto respecto al nivel del mar. En media hora se llega al lugar donde en marzo del 2008 embarrancó un barco que se llamaba MARO. Afortunadamente, al poco tiempo, ya no quedaba ni rastro.
Estas fotos están sacadas poco después de que el MARO encallara.
Si os fijáis en estas ovejas, una de ellas está todavía sin esquilar. La lana le cae a cada lado, a dos aguas, típico de la oveja latxa (la oveja autóctona) y que le facilita deshacerse del agua cuando llueve.
Si te diriges hacia el oeste, llegas a lo que yo llamé la primera vez que las vi: “las lagunas encadenadas”. El riachuelo del valle, rellena unas charcas a distintas alturas antes de llegar al mar.
Nos encontramos con un panel que recuerda el aterrizaje forzoso que Roland Garros, héroe francés de la I Guerra Mundial (su nombre os suena del torneo de tenis que se celebra en su honor), realizó en esta campa en su travesía París-Madrid al quedarse sin combustible. De aquí consiguió llegar a Donostia para entregar el primer correo aéreo de la historia.
Y llegamos a la cala que se llama “La bañera”.
Cuando éramos más jóvenes, en esta losa solíamos tomar el sol. Después de recordar viejos tiempos, nos damos la vuelta.
Y esta es la zona de la cala que se considera "La bañera" porque está un poco a resguardo de las olas.
Un enooorme corazón.
No hemos tardado más de una hora y las lagunas están invadidas por gaviotas. Parece que es la hora del baño vespertino.
Después de terminar la vuelta, hemos tomado algo en el merendero para refrescarnos. El merendero es un caserío típico de la zona. El techo es de madera, con gruesas vigas.
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