Donde vivo, junto al Cantábrico, el verano es la época del “bonito”. Conocemos con este nombre al “bonito del Norte” o “atún blanco”. El bonito del norte es un pez de la familia de los atunes que se caracteriza por una aleta pectoral más larga, razón por la que en euskera se llama hegaluze (aleta larga). Su carne es más blanca y su sabor más suave que otros atunes. El que se comercializa en las pescaderías, llega a pesar hasta unos 10 kg. El bonito del Norte que se pesca en el Cantábrico, se pesca utilizando artes de pesca tradicionales, selectivas y ecológicas y eso influye positivamente en la calidad de la carne.
Recuerdo que cuando era pequeña, los pescados azules eran menospreciados respecto a los pescados blancos. Y cuando mi madre (y el resto de las madres cocineras) cocinaba el bonito en rodajas con tomate o pimientos, a veces, resultaba un poco seco porque para que se haga la zona de la espina hay que cocinarlo bastante. Pero el bonito del norte debe de cocinarse poco, justo para quitarle el punto de crudo. Por eso, yo ya no lo cocino así:
- le quito la espina y las zonas rojas (tienen un sabor más fuerte y no a todo el mundo le gusta)
- mientras he preparado la salsa: el tomate, la piperada, la cebolla,… lo que sea
- después se añade el bonito con sal y se le tiene poco más que vuelta y vuelta
- se deja que coja un bonito tono dorado y que no quede crudo por dentro, ni un poco más de tiempo al fuego
No se secará y quedará ¡sabrosísimo!
Aprovechemos que los pescados azules han recuperado su lugar de honor en la mesa. Si no tenéis bonito del norte, sustituirlo por cualquier otro pescado azul.
Recuerdo que cuando era pequeña, los pescados azules eran menospreciados respecto a los pescados blancos. Y cuando mi madre (y el resto de las madres cocineras) cocinaba el bonito en rodajas con tomate o pimientos, a veces, resultaba un poco seco porque para que se haga la zona de la espina hay que cocinarlo bastante. Pero el bonito del norte debe de cocinarse poco, justo para quitarle el punto de crudo. Por eso, yo ya no lo cocino así:
- le quito la espina y las zonas rojas (tienen un sabor más fuerte y no a todo el mundo le gusta)
- después se añade el bonito con sal y se le tiene poco más que vuelta y vuelta
- se deja que coja un bonito tono dorado y que no quede crudo por dentro, ni un poco más de tiempo al fuego
No se secará y quedará ¡sabrosísimo!
Aprovechemos que los pescados azules han recuperado su lugar de honor en la mesa. Si no tenéis bonito del norte, sustituirlo por cualquier otro pescado azul.
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