La Fundación Albaola es un interesante proyecto. Llevan algunos años realizando réplicas de embarcaciones tradicionales: en madera, cuero,… Estos han sido algunos de sus proyectos.
El proyecto “Apaizac obeto” se coronó en el año 2006 con una expedición de 41 días en dicha embarcación hasta Red Bay (Canadá).
Precisamente en Red Bay se encontró el pecio de la Nao San Juan que ahora quiere ser replicada. Esta nave se construyó en Pasaia en 1563 y dos años más tarde se hundió en Red Bay cargado de aceite de ballena. Fue localizado gracias a la investigadora Selma Huxley y la imagen del pecio ha sido utilizada como logo del programa "Patrimonio Cultural Subacuático" de la UNESCO.
Aprovechando la oportunidad que brinda la capitalidad cultural de Donostia 2016, se quiere terminar la réplica de la nao para el 2016. Durante ese año realizará un viaje por el norte de Europa a favor de las lenguas minoritarias y en 2017 partirá hacia Red Bay, donde se quedará definitivamente.
Todos los implicados trabajan a destajo para tener lista la réplica a tiempo, al fin y al cabo, sólo tienen 2 años y mucho que aprender. Por el momento, ya han colocado la quilla de haya de unos 15 m. Y se afanan en obtener las piezas de madera de roble que les hacen falta para completarlo. Para ello han tenido que hacer un gran pabellón que será insuficiente cuando intenten colocar los mástiles. El tamaño final será de unos 28 m de eslora (longitud) y 6,5 m de manga (anchura). Según comentan en la visita, aunque el resto del barco sea de roble como se hacía habitualmente, la quilla de haya en lugar de roble, es una característica de los barcos vascos.
Están intentando recuperar el oficio de carpintero de ribera que es el que se ocupa de la construcción artesanal de embarcaciones de madera. Se permiten algunas modernidades, como la utilización de lijadoras y sierras eléctricas, porque no tienen tiempo suficiente, pero la idea es ser lo más fieles posibles al original. Han tenido que cortar las partes de los árboles que se adaptaba a las piezas a cortar y después cortar esas piezas. Algunas ya están marcadas y otras, todavía, deberán ser sacadas a la luz.
Otro de los aspectos interesantes de este proyecto es que alrededor están surgiendo otros de recuperación de otros oficios o actividades de antaño. Se está cultivando cáñamo para las cuerdas, de las que se necesitarán alrededor de 6.000 m y van a traer la pez (para proteger e impermeabilizar la madera) de Quintanar de la Sierra, donde van a realizarla de forma artesanal. Y otros proyectos que probablemente surgirán…
Mi idea es visitarlo periódicamente para ver su avance e iros mostrando cómo, poco a poco, va surgiendo un barco de madera como los que surcaron los mares durante los siglos XV y XVI. El resultado final debería parecerse a esta maqueta pero muuucho más grande.
El proyecto “Apaizac obeto” se coronó en el año 2006 con una expedición de 41 días en dicha embarcación hasta Red Bay (Canadá).
Precisamente en Red Bay se encontró el pecio de la Nao San Juan que ahora quiere ser replicada. Esta nave se construyó en Pasaia en 1563 y dos años más tarde se hundió en Red Bay cargado de aceite de ballena. Fue localizado gracias a la investigadora Selma Huxley y la imagen del pecio ha sido utilizada como logo del programa "Patrimonio Cultural Subacuático" de la UNESCO.
Aprovechando la oportunidad que brinda la capitalidad cultural de Donostia 2016, se quiere terminar la réplica de la nao para el 2016. Durante ese año realizará un viaje por el norte de Europa a favor de las lenguas minoritarias y en 2017 partirá hacia Red Bay, donde se quedará definitivamente.
Todos los implicados trabajan a destajo para tener lista la réplica a tiempo, al fin y al cabo, sólo tienen 2 años y mucho que aprender. Por el momento, ya han colocado la quilla de haya de unos 15 m. Y se afanan en obtener las piezas de madera de roble que les hacen falta para completarlo. Para ello han tenido que hacer un gran pabellón que será insuficiente cuando intenten colocar los mástiles. El tamaño final será de unos 28 m de eslora (longitud) y 6,5 m de manga (anchura). Según comentan en la visita, aunque el resto del barco sea de roble como se hacía habitualmente, la quilla de haya en lugar de roble, es una característica de los barcos vascos.
Están intentando recuperar el oficio de carpintero de ribera que es el que se ocupa de la construcción artesanal de embarcaciones de madera. Se permiten algunas modernidades, como la utilización de lijadoras y sierras eléctricas, porque no tienen tiempo suficiente, pero la idea es ser lo más fieles posibles al original. Han tenido que cortar las partes de los árboles que se adaptaba a las piezas a cortar y después cortar esas piezas. Algunas ya están marcadas y otras, todavía, deberán ser sacadas a la luz.
Otro de los aspectos interesantes de este proyecto es que alrededor están surgiendo otros de recuperación de otros oficios o actividades de antaño. Se está cultivando cáñamo para las cuerdas, de las que se necesitarán alrededor de 6.000 m y van a traer la pez (para proteger e impermeabilizar la madera) de Quintanar de la Sierra, donde van a realizarla de forma artesanal. Y otros proyectos que probablemente surgirán…
Mi idea es visitarlo periódicamente para ver su avance e iros mostrando cómo, poco a poco, va surgiendo un barco de madera como los que surcaron los mares durante los siglos XV y XVI. El resultado final debería parecerse a esta maqueta pero muuucho más grande.
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