Mi madre cumplió ayer 80 espléndidos años. Y como ya va teniendo una edad importante, aprovechando que el número era tan redondo, queríamos celebrar su cumpleaños de una forma especial. Barajamos bastantes opciones y algunas se fueron cayendo por el camino. Al final, aunque lo pensamos con tiempo, éste se nos echó encima.
Se nos ocurrió que podríamos pasar juntos la noche anterior (*) y despertarnos para felicitarla por la mañana así que cogimos una casa rural en la que cupiéramos todos. Después iríamos a su pueblo para comer con sus hermanos y familiares. De esta forma, también nos serviría para hacer una comida de primos ya que por ese lado de la familia no nos habíamos reunido desde la última boda y, de eso, ya hace bastante tiempo. Lo hicimos de forma encubierta para que mi madre fuera descubriendo todo poco a poco.
Al final nos juntamos 12 adultos y un bebé en la casa rural y 31 adultos y 7 niños en la comida. Salvando algún pequeño percance como que nos costó encontrar el restaurante o que el coche de mi hermana se quedó sin batería y hubo que utilizar las pinzas para arrancarlo… lo demás salió estupendamente. Estuvimos todos juntos y la felicitamos en cuanto pasaron las doce. Conseguimos el objetivo de emocionar a mi madre varias veces durante el fin de semana con las sorpresas que le íbamos presentando. Ella ha quedado encantada y nosotros también.
Resumiendo: un estupendo fin de semana que jamás olvidaremos. Nos costará volver a preparar algo parecido porque si algo así es demasiado frecuente pierde parte de su valor, pero quizá cuando cumpla 85…
Respecto a la casa rural, creo que fue una buena solución para juntarnos: es un espacio neutral y me pareció que sirve para favorecer la armonía familiar. Hay un pequeño problema de intendencia si se decide cocinar en ella y es que hay que llevar todo lo necesario para cocinar pero si no está demasiado alejada de un centro urbano, ni es festivo, se puede ir a comprar lo que falta. Así que, a mi parecer, es una buena opción para juntar a un grupo durante un fin de semana.
(*) Se le ocurrió a mi hermana que es la organizadora de la familia
Se nos ocurrió que podríamos pasar juntos la noche anterior (*) y despertarnos para felicitarla por la mañana así que cogimos una casa rural en la que cupiéramos todos. Después iríamos a su pueblo para comer con sus hermanos y familiares. De esta forma, también nos serviría para hacer una comida de primos ya que por ese lado de la familia no nos habíamos reunido desde la última boda y, de eso, ya hace bastante tiempo. Lo hicimos de forma encubierta para que mi madre fuera descubriendo todo poco a poco.
Al final nos juntamos 12 adultos y un bebé en la casa rural y 31 adultos y 7 niños en la comida. Salvando algún pequeño percance como que nos costó encontrar el restaurante o que el coche de mi hermana se quedó sin batería y hubo que utilizar las pinzas para arrancarlo… lo demás salió estupendamente. Estuvimos todos juntos y la felicitamos en cuanto pasaron las doce. Conseguimos el objetivo de emocionar a mi madre varias veces durante el fin de semana con las sorpresas que le íbamos presentando. Ella ha quedado encantada y nosotros también.
Resumiendo: un estupendo fin de semana que jamás olvidaremos. Nos costará volver a preparar algo parecido porque si algo así es demasiado frecuente pierde parte de su valor, pero quizá cuando cumpla 85…
Respecto a la casa rural, creo que fue una buena solución para juntarnos: es un espacio neutral y me pareció que sirve para favorecer la armonía familiar. Hay un pequeño problema de intendencia si se decide cocinar en ella y es que hay que llevar todo lo necesario para cocinar pero si no está demasiado alejada de un centro urbano, ni es festivo, se puede ir a comprar lo que falta. Así que, a mi parecer, es una buena opción para juntar a un grupo durante un fin de semana.
(*) Se le ocurrió a mi hermana que es la organizadora de la familia
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