Y poco a poco hemos llegado a las 500 entradas… 500 posts que yo he escrito y que vosotros habéis leído...
Como ya os he comentado alguna vez, cuando empecé no sabía demasiado bien ni cómo iba a conseguir ideas, ni cómo iba a desarrollarse en el tiempo este blog. Sí que sabía que no iba a estar dedicado a un tema en concreto porque no tengo ninguna actividad a la que dedique mucho tiempo y en la que me pueda considerar más o menos experta, ni ninguna afición que me llame a dedicarle tanto como para escribir un blog sobre ello. Digamos que tengo una mente inquieta y hay bastantes cosas que me gustan: me interesa la cocina (*), me gusta mucho leer, veo la televisión seleccionando lo que veo (**),… por lo que desde el principio tuve claro que sería una especie de popurrí: temas que me interesan, imágenes que me han llamado la atención, ideas que me rondaban la cabeza y lugares que he visitado o que tengo cerca.
Esperaba que algunos posts resultaran lo suficientemente interesantes para que alguien los leyera y siguiera el blog, al fin y al cabo, ese era realmente el objetivo al empezar a escribir. Y resulta muy gratificante ver que hay personas que los leen. Por eso, agradezco a todos los que en algún momento habéis seguido mis entradas en este blog y, especialmente, a quien marca con +1 en ellas porque me anima a seguir.
De verdad: ¡muchísimas gracias a todos! Os dedico las próximas 500 entradas…
(*) A algunas personas que trabajan no les gusta la cocina porque llegan cansadas del trabajo y les lleva tiempo pero si vieran las ventajas que aporta a la familia cocinar en casa: puedes preparar comida mucho más sana, sabes los ingredientes que lleva cada receta (ni conservantes, ni aditivos), puede unir a la familia (podrías solicitar la colaboración de todos para repartir el trabajo), puede ser divertido,… quizá se organizarían para dejar de comprar comida preparada y empezar a cocinar
(**) Precisamente, eso es lo que os animo a hacer: decidir qué programas queréis ver y cuáles no. Si vemos lo que nos echen o nos pasamos el tiempo haciendo zapping hasta encontrar algo que nos guste, los programadores dan por hecho que no nos importa, que somos capaces de ver cualquier cosa, y cada vez es menor la calidad de los programas. Por eso os propongo que si no hay nada que nos interese, ni podemos decidir lo que queremos ver, apaguemos la televisión y nos vayamos a hacer otra cosa. La televisión no es la reina de la casa.
Como ya os he comentado alguna vez, cuando empecé no sabía demasiado bien ni cómo iba a conseguir ideas, ni cómo iba a desarrollarse en el tiempo este blog. Sí que sabía que no iba a estar dedicado a un tema en concreto porque no tengo ninguna actividad a la que dedique mucho tiempo y en la que me pueda considerar más o menos experta, ni ninguna afición que me llame a dedicarle tanto como para escribir un blog sobre ello. Digamos que tengo una mente inquieta y hay bastantes cosas que me gustan: me interesa la cocina (*), me gusta mucho leer, veo la televisión seleccionando lo que veo (**),… por lo que desde el principio tuve claro que sería una especie de popurrí: temas que me interesan, imágenes que me han llamado la atención, ideas que me rondaban la cabeza y lugares que he visitado o que tengo cerca.
Esperaba que algunos posts resultaran lo suficientemente interesantes para que alguien los leyera y siguiera el blog, al fin y al cabo, ese era realmente el objetivo al empezar a escribir. Y resulta muy gratificante ver que hay personas que los leen. Por eso, agradezco a todos los que en algún momento habéis seguido mis entradas en este blog y, especialmente, a quien marca con +1 en ellas porque me anima a seguir.
De verdad: ¡muchísimas gracias a todos! Os dedico las próximas 500 entradas…
(*) A algunas personas que trabajan no les gusta la cocina porque llegan cansadas del trabajo y les lleva tiempo pero si vieran las ventajas que aporta a la familia cocinar en casa: puedes preparar comida mucho más sana, sabes los ingredientes que lleva cada receta (ni conservantes, ni aditivos), puede unir a la familia (podrías solicitar la colaboración de todos para repartir el trabajo), puede ser divertido,… quizá se organizarían para dejar de comprar comida preparada y empezar a cocinar
(**) Precisamente, eso es lo que os animo a hacer: decidir qué programas queréis ver y cuáles no. Si vemos lo que nos echen o nos pasamos el tiempo haciendo zapping hasta encontrar algo que nos guste, los programadores dan por hecho que no nos importa, que somos capaces de ver cualquier cosa, y cada vez es menor la calidad de los programas. Por eso os propongo que si no hay nada que nos interese, ni podemos decidir lo que queremos ver, apaguemos la televisión y nos vayamos a hacer otra cosa. La televisión no es la reina de la casa.
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