Este fin de semana ha vuelto a hacer muy buen tiempo, así que hoy hemos aprovechado para acercarnos hacia Peñas de Aia. Bueno, todo el mundo lo llama así aunque los técnicos dicen que debería ser Peña de Aia. Realmente no hemos subido a Peñas, pero sí que hemos paseado por los alrededores.
Los árboles, tímidamente, empiezan a ver asomar sus hojas y las flores aparecen en los campos alegrándonos la vista.
Hoy nos hemos encontrado con simpáticos caballos que comían hierba tranquilamente mientras nosotros pasábamos a su lado.
¿Veis por qué se dice que cuando ves Peñas viniendo de Francia parecen una mujer dormida?
¿Recordáis que os llevé a pasear por él?
La bahía de Txingudi.
¿Sabéis cómo distinguir dónde hay topos?
Cuando veáis montoncitos de tierra como estos, es una señal inequívoca de que hay topos. Para despejar las galerías, periódicamente deben sacar la tierra al exterior. De eso resultan estos montones.
En lo alto de la loma, la lluvia ha creado un pequeño estanque, que reflejando el azul del cielo hace un bonito efecto. Al fondo, podemos ver el Larún, ya en Francia. Es un monte al que se puede subir en un curioso tren cremallera. Una bonita opción para una salida familiar.
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