Esta receta se la pasó mi tía a mi madre cuando yo era pequeña. En aquella época, recuerdo que el lechero venía a casa varias veces a la semana con su cántaro de leche. Mi madre la hervía en una gran cacerola antes de consumir y encima de la leche se creaba una gruesa capa de nata que retirábamos y guardábamos en un vaso. Cuando el vaso estaba lleno, era el momento de hacer un bizcocho. A veces, cogíamos la nata de la cazuela, la poníamos encima de una rebanada de pan y le echábamos azúcar por encima… ¡Qué recuerdos!
Bueno, a lo que íbamos. Hoy en día, es imposible hacerlo como lo hacíamos cuando yo era niña, ya que hay que comprar la nata y no es, ni por asomo, tan densa como aquella. El resultado no es tan bueno como el que recuerdo pero es muy bueno. Además, utilizando el truco que os enseñé en el post del 17 de marzo (http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2014/03/truco-para-masas-de-reposteria-bizcochos.html), se reduce y simplifica el tiempo de mezcla de ingredientes. Hasta tal punto que, enseguida, dejé que mi hija lo hiciera: ya no había miedo de grumos en la masa, varias vueltas y ya estaba (*).
Necesitaréis:
1 y ½ vasos de harina
1 y ¼ vasos de azúcar
1 sobre de levadurina
2 huevos
1 bote de nata líquida (200 cc)
Mezclar la harina y la levadurina tamizadas y el azúcar con una cuchara de madera.
Añadir los huevos y la nata líquida.
Remover la mezcla con la cuchara de madera unas 12, 14, 16 vueltas (más o menos) y… ya está.
1- Preparar un molde untándolo con mantequilla (o margarina) y harina para que el bizcocho no se pegue.
2- Echar la mezcla en el molde.
3- Meter el molde en el horno precalentado a 175º. Cuando pasen 30 minutos, ver cómo se está haciendo pinchándolo con una aguja de tricotar. Cuando la aguja salga limpia, está hecho. Dejar el horno abierto para que se vaya enfriando poco a poco. Sacar y desmoldar.
4- Otra opción: en el paso 2, podemos dividir la masa en 2 mitades, echar una mitad en el molde. Añadir cacao en polvo a la otra mitad hasta que adquiera un bonito color marrón. Echarlo en el molde repartiéndolo. Seguir con el paso 3. El resultado será un bonito bizcocho de 2 colores con ligero sabor a cacao.
(*) Aquí la receta original. Queda un poquito mejor de aspecto pero da más trabajo:
Se mezcla el azúcar con la nata, cuando esté bien mezclado, se añaden los huevos batidos. Añadir la harina junto con la levadurina tamizadas poco a poco para evitar los grumos, ir mezclando con la cuchara de madera.
Bueno, a lo que íbamos. Hoy en día, es imposible hacerlo como lo hacíamos cuando yo era niña, ya que hay que comprar la nata y no es, ni por asomo, tan densa como aquella. El resultado no es tan bueno como el que recuerdo pero es muy bueno. Además, utilizando el truco que os enseñé en el post del 17 de marzo (http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2014/03/truco-para-masas-de-reposteria-bizcochos.html), se reduce y simplifica el tiempo de mezcla de ingredientes. Hasta tal punto que, enseguida, dejé que mi hija lo hiciera: ya no había miedo de grumos en la masa, varias vueltas y ya estaba (*).
Necesitaréis:
1 y ½ vasos de harina
1 y ¼ vasos de azúcar
1 sobre de levadurina
2 huevos
1 bote de nata líquida (200 cc)
Mezclar la harina y la levadurina tamizadas y el azúcar con una cuchara de madera.
Añadir los huevos y la nata líquida.
Remover la mezcla con la cuchara de madera unas 12, 14, 16 vueltas (más o menos) y… ya está.
1- Preparar un molde untándolo con mantequilla (o margarina) y harina para que el bizcocho no se pegue.
2- Echar la mezcla en el molde.
3- Meter el molde en el horno precalentado a 175º. Cuando pasen 30 minutos, ver cómo se está haciendo pinchándolo con una aguja de tricotar. Cuando la aguja salga limpia, está hecho. Dejar el horno abierto para que se vaya enfriando poco a poco. Sacar y desmoldar.
(*) Aquí la receta original. Queda un poquito mejor de aspecto pero da más trabajo:
Se mezcla el azúcar con la nata, cuando esté bien mezclado, se añaden los huevos batidos. Añadir la harina junto con la levadurina tamizadas poco a poco para evitar los grumos, ir mezclando con la cuchara de madera.
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