Ayer a la tarde tuvimos que acercarnos hasta Oñati para acompañar a mi hija mayor a recoger el diploma que acredita el Master que realizó el curso pasado en el campus de Oñati de Mondragon Unibertsitatea.
Una hora de coche aproximadamente para llegar. Ha cambiado bastante la carretera que tantas veces recorrí durante mi infancia para ir a casa de mis tíos y mi abuelo, al que yo siempre llamé aitaita, ya que mi madre es de allí (*). Lo que no ha cambiado, si se va desde Legazpia, es la carretera desde el alto de Udana: toda llena de curvas, especialmente 4 de ellas que son de casi 360º. Aprovecha a parar en el mirador que hay un poco antes de la primera de esas 4 curvas y desde el que se ve el macizo de Aizkorri.
Oñati tiene aire señorial, ya que fue una villa poderosa que incluso llegó a ser condado. Es el municipio más extenso de la provincia de Guipúzcoa y durante varios siglos albergó a la primera y única universidad del País Vasco.
Su patrón es San Miguel Arcángel que se celebra el 29 de septiembre pero la fiesta más reconocida de la villa es la de Corpus Christi. Se celebra el domingo siguiente a Corpus Christi, ya que es jueves y dejó de ser festivo (hacia mediados de junio), con una procesión que, desde hace siglos, parte de la parroquia al terminar la misa mayor (por la mañana). Acompañando a la procesión, los dantzaris (bailarines) danzan bailes tradicionales mientras hacen sonar las castañuelas. Una fecha ideal para visitar la villa.
Como curiosidad, a los habitantes de Oñati, además de oñatiarras también se les llama txantxiku que , en euskera, significa rana. Hay algunas historias curiosas sobre el porqué pero no sé cuánto tienen de verdad.
Ayer, apenas, he podido hacer fotos porque el día no era muy propicio y porque íbamos a otra cosa y al terminar ya era tarde, pero tengo fotos de otros días para completar este post.
La Universidad Sancti Spiritus (como se veía ayer en un momento que salió un rayito de sol).
Edificio renacentista del siglo XVI, fundado en 1540 por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola, está considerado uno de los más importantes del País Vasco en ese estilo. Desde mediados del siglo XVI hasta principios del siglo XX (1901) funcionó como la primera y única universidad del País Vasco. En la actualidad, desde 1989, el edificio acoge el Instituto Internacional de Sociología Jurídica.
El claustro.
Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel.
Templo gótico construido fundamentalmente en el siglo XV. Aquí se casaron mis padres.
Casa Consistorial.
Edificio barroco del siglo XVIII construido por Martín Carrera en 1778.
¡Cuántas veces escuché a mi aitaita mientras tocaba el atabal con el grupo de txistularis bajo los arcos del Ayuntamiento!
Iglesia de los Canónigos Regulares Lateranenses.
Templo neogótico del siglo XIX.
Al fondo, el monte Aloña, que da nombre a su equipo de fútbol.
Un rincón coqueto y las calles empedradas.
Un recuerdo de cuando llegaba el tren hasta aquí.
Y más para ver:
El Monasterio de Bidaurreta, de monjas Clarisas y estilo gótico isabelino.
Desde 2007, en el barrio de Araoz, está abierta al público la cueva de Arrikrutz. Se han hallado en este lugar los restos de multitud de osos, cráneos de panteras y el esqueleto completo de un león de las cavernas.
Dentro de sus límites se encuentra la Basílica de Aranzazu que es la patrona de Guipúzcoa, en un entorno tan bello como agreste. De ello os hablaré en otro post.
Francamente recomendable como destino turístico y más si lo hacéis el día en que se celebra la procesión del Corpus.
(*) En euskera, al abuelo, dependiendo de las zonas se le llama: aitona, aitaita, aitite,…
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