A veces se nos olvida que muchas de las cosas que hacemos se hacen de una manera y no de otra porque en un momento dado una o varias personas decidieron que así fuera. Pero de la misma forma que fue así, podría haber sido de otra manera que en este momento nos parecería igual de normal.
Por ejemplo, escribimos de izquierda a derecha y me dijeron que de esta manera la tinta no se arrastra con la mano (al menos las personas que son diestras). Sin embargo los árabes escriben de derecha a izquierda y no tienen mayores problemas para escribir que nosotros o los japoneses escriben (o al menos escribían) de arriba abajo y de derecha a izquierda. Al fin y al cabo, tanto el sentido de la escritura como los signos que utilizamos para escribir son el resultado de acuerdos en los que de manera consciente o inconsciente se ha decidido a través del tiempo de qué manera se iban a representar los sonidos que utilizaban para hablar y en qué sentido se iba a escribir.
En otros casos, no ha sido exactamente así, no ha habido un acuerdo, sino que en un momento dado la forma más práctica era una y aunque se haya evolucionado y la forma de realizarlo también debería haberlo hecho, no ha sido así. Por ejemplo, la razón de que los botones en las camisas estén en diferente sentido para hombres y para mujeres parece que es debido a que antaño a las mujeres de clase alta les ayudaban a vestirse y están en sentido contrario para facilitar la labor a dicha persona. Hoy en día las mujeres nos vestimos solas pero la situación de los botones permanece.
Muchas de las convenciones han sido el lógico desarrollo de algo que ya existía, como por ejemplo el sentido de las agujas del reloj que no hace más que reproducir el sentido de la sombra del sol en los relojes de sol (**) en el hemisferio norte. ¿Y si los primeros relojes mecánicos se hubiesen desarrollado en el hemisferio sur?
Algunas veces, dichas convenciones llevan tanto tiempo entre nosotros y ya las tenemos tan integradas en nuestra vida diaria que no tenemos que pensar en ellas y casi nos parece que no podría ser de otra forma pero otras veces se nos olvida que algunas son lo suficientemente recientes o aleatorias como para necesitar refuerzos de su significado. Por ejemplo, los contenedores de reciclaje tienen colores diferentes para indicar el tipo de objeto que puedes depositar en él. Habitualmente suele ser marrón para el orgánico, amarillo para los envases, azul para cartón y papel, verde o gris para rechazo. Normalmente no hay problema pero… ¿nunca os habéis parado con una bolsa delante de los contenedores dudando en cuál de ellos deberíais tirarla? A mí me suele pasar, sobre todo, con el papel/cartón y los envases, y resuelvo la duda gracias a que las aberturas de cada contenedor son diferentes. En algunos ayudan con un texto indicativo: “Papel/cartón”, “Envases”, “Rechazo”, “Orgánico” ¡Estupendo! ¿Tan difícil es ayudar a los colores para que no haya equivocaciones?
En mi barrio, había un contenedor de orgánico, uno de papel y cartón, dos de rechazo y uno de envases. Quitaron uno de los contenedores de rechazo que era de color verde y trajeron uno de color verde con los bordes de las aberturas de color amarillo… Yo no me atrevo a tirar nada en él porque no sé para qué es ese contenedor ¿Para rechazo? ¿Para envases? El mensaje que emite ese contenedor es completamente ambiguo. ¿Tan difícil es respetar las convenciones? Si al menos hubieran puesto un texto para que supiéramos qué tirar allí…
(*) Según el WordReference.com en su primera acepción, convención es:
f. Norma o práctica admitida por responder a precedentes o a la costumbre
(ver http://www.wordreference.com/definicion/convenci%C3%B3n)
(**) Después de hacer esta anotación pensé en qué pasaría en el hemisferio sur, porque a veces se nos olvida que alguna cosas son diferentes allí y de forma normal se realizan en sentido inverso. Después de buscar encontré esta explicación que me convenció. En los relojes verticales, el sentido es el mismo, pero en los relojes horizontales el sentido es el anti horario, o sea, al revés:
http://blogs.tn.com.ar/desmitificador/2014/06/25/el_error_del_reloj_de_bolivia_que_da_vuelta_al_reves/
Por ejemplo, escribimos de izquierda a derecha y me dijeron que de esta manera la tinta no se arrastra con la mano (al menos las personas que son diestras). Sin embargo los árabes escriben de derecha a izquierda y no tienen mayores problemas para escribir que nosotros o los japoneses escriben (o al menos escribían) de arriba abajo y de derecha a izquierda. Al fin y al cabo, tanto el sentido de la escritura como los signos que utilizamos para escribir son el resultado de acuerdos en los que de manera consciente o inconsciente se ha decidido a través del tiempo de qué manera se iban a representar los sonidos que utilizaban para hablar y en qué sentido se iba a escribir.
En otros casos, no ha sido exactamente así, no ha habido un acuerdo, sino que en un momento dado la forma más práctica era una y aunque se haya evolucionado y la forma de realizarlo también debería haberlo hecho, no ha sido así. Por ejemplo, la razón de que los botones en las camisas estén en diferente sentido para hombres y para mujeres parece que es debido a que antaño a las mujeres de clase alta les ayudaban a vestirse y están en sentido contrario para facilitar la labor a dicha persona. Hoy en día las mujeres nos vestimos solas pero la situación de los botones permanece.
Muchas de las convenciones han sido el lógico desarrollo de algo que ya existía, como por ejemplo el sentido de las agujas del reloj que no hace más que reproducir el sentido de la sombra del sol en los relojes de sol (**) en el hemisferio norte. ¿Y si los primeros relojes mecánicos se hubiesen desarrollado en el hemisferio sur?
Algunas veces, dichas convenciones llevan tanto tiempo entre nosotros y ya las tenemos tan integradas en nuestra vida diaria que no tenemos que pensar en ellas y casi nos parece que no podría ser de otra forma pero otras veces se nos olvida que algunas son lo suficientemente recientes o aleatorias como para necesitar refuerzos de su significado. Por ejemplo, los contenedores de reciclaje tienen colores diferentes para indicar el tipo de objeto que puedes depositar en él. Habitualmente suele ser marrón para el orgánico, amarillo para los envases, azul para cartón y papel, verde o gris para rechazo. Normalmente no hay problema pero… ¿nunca os habéis parado con una bolsa delante de los contenedores dudando en cuál de ellos deberíais tirarla? A mí me suele pasar, sobre todo, con el papel/cartón y los envases, y resuelvo la duda gracias a que las aberturas de cada contenedor son diferentes. En algunos ayudan con un texto indicativo: “Papel/cartón”, “Envases”, “Rechazo”, “Orgánico” ¡Estupendo! ¿Tan difícil es ayudar a los colores para que no haya equivocaciones?
En mi barrio, había un contenedor de orgánico, uno de papel y cartón, dos de rechazo y uno de envases. Quitaron uno de los contenedores de rechazo que era de color verde y trajeron uno de color verde con los bordes de las aberturas de color amarillo… Yo no me atrevo a tirar nada en él porque no sé para qué es ese contenedor ¿Para rechazo? ¿Para envases? El mensaje que emite ese contenedor es completamente ambiguo. ¿Tan difícil es respetar las convenciones? Si al menos hubieran puesto un texto para que supiéramos qué tirar allí…
(*) Según el WordReference.com en su primera acepción, convención es:
f. Norma o práctica admitida por responder a precedentes o a la costumbre
(ver http://www.wordreference.com/definicion/convenci%C3%B3n)
(**) Después de hacer esta anotación pensé en qué pasaría en el hemisferio sur, porque a veces se nos olvida que alguna cosas son diferentes allí y de forma normal se realizan en sentido inverso. Después de buscar encontré esta explicación que me convenció. En los relojes verticales, el sentido es el mismo, pero en los relojes horizontales el sentido es el anti horario, o sea, al revés:
http://blogs.tn.com.ar/desmitificador/2014/06/25/el_error_del_reloj_de_bolivia_que_da_vuelta_al_reves/
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