Hace nada que dábamos la bienvenida al otoño y, hoy día 22, ya llegó el invierno. Acostumbrada a que, tradicionalmente, empiece el 21 de diciembre, se me hace raro.
No es la estación del año que prefiero aunque debo reconocer que me gustan los días fríos pero limpios, con el cielo azul en invierno… pero los días fríos en que llueve y la humedad se te mete hasta los huesos… Esos días… prefiero pasármelos calentita en casa.
Y la nieve, qué divertida es, sobre todo con niños. Aunque como ya os he comentado alguna otra vez, prefiero que la nieve se quede en las campas y en los montes, ya iré yo a visitarla…
Al fondo, podéis ver: el monte Igueldo (la punta de la izquierda), el monte Urgull (en el centro) y el monte Ulía a la derecha. Entre Igueldo y Urgull, se atisba la isla de Santa Clara.
No es la estación del año que prefiero aunque debo reconocer que me gustan los días fríos pero limpios, con el cielo azul en invierno… pero los días fríos en que llueve y la humedad se te mete hasta los huesos… Esos días… prefiero pasármelos calentita en casa.
Y la nieve, qué divertida es, sobre todo con niños. Aunque como ya os he comentado alguna otra vez, prefiero que la nieve se quede en las campas y en los montes, ya iré yo a visitarla…
Al fondo, podéis ver: el monte Igueldo (la punta de la izquierda), el monte Urgull (en el centro) y el monte Ulía a la derecha. Entre Igueldo y Urgull, se atisba la isla de Santa Clara.
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