A pesar de que hace unas tres semanas todavía teníamos buen tiempo gracias al verano tardío del que hemos disfrutado y que algunos han venido a llamar “veroño” como si fuera una nueva estación (de verano y otoño), el invierno va reclamando lo que por derecho le corresponderá dentro de poco, el frío ya va instalándose y la primera nevada de la temporada ha hecho su aparición. Afortunadamente, a cierta distancia de casa, ya que soy de las que piensan que es mucho mejor ir a la nieve a que sea la nieve la que venga a ti. La nieve a las puertas de casa me resulta muy incómoda, prefiero que se quede allí en el monte para poder ir un rato, disfrutar y volver a casa, al calor.
Podéis ver Bianditz nevado...
... y Peñas de Aia.
Podríais pensar que hay mucha diferencia de altura entre ambos lugares, vista la diferencia en la cantidad de nieve y, sin embargo, no es así. Lo que ocurre es que Bianditz está más llano y hacia el interior, nieva más y guarda la nieve. Peñas de Aia está más hacia la costa, más templada, sus cimas son muy escarpadas y no retienen la nieve.
Podéis ver Bianditz nevado...
... y Peñas de Aia.
Podríais pensar que hay mucha diferencia de altura entre ambos lugares, vista la diferencia en la cantidad de nieve y, sin embargo, no es así. Lo que ocurre es que Bianditz está más llano y hacia el interior, nieva más y guarda la nieve. Peñas de Aia está más hacia la costa, más templada, sus cimas son muy escarpadas y no retienen la nieve.
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