Las minas de Arditurri se encuentran a los pies de Peñas de Aia. Son conocidas desde la época de los romanos y han sido explotadas hasta 1984.
Debido a ello, las entrañas de Peñas de Aia parecen un queso gruyere, están llenas de galerías. Desde hace unos años, las minas de Arditurri han sido acondicionadas y ofrecen al visitante la oportunidad de visitarlas, protegidos convenientemente con un casco.
No confundir una mina con una gruta. En una mina no encontraréis estalactitas, ni estalagmitas, salvo en Valporquero (León). En dicha mina, después de una detonación para abrir una nueva galería, se descubrió una magnífica gruta llena de preciosas estalactitas y estalagmitas que actualmente puede ser visitada, mientras que la mina ya está en desuso. Una mina es un lugar de trabajo y lo sorprendente es ver cómo los barreneros hicieron para detonar los barrenos y conseguir abrir semejantes bóvedas sin que la montaña se les cayera encima.
Podéis apreciar las marcas de los barrenos.
Depósitos de escoria (los restos no utilizables).
La mina debe su nombre al alegre riachuelo que corre junto a la entrada. En verano, los lugareños aprovechan sus pozas para refrescarse. Merece la pena darse un paseo por los alrededores, descubriendo respiraderos de la mina, los restos de alguna torre,...
Debido a ello, las entrañas de Peñas de Aia parecen un queso gruyere, están llenas de galerías. Desde hace unos años, las minas de Arditurri han sido acondicionadas y ofrecen al visitante la oportunidad de visitarlas, protegidos convenientemente con un casco.
No confundir una mina con una gruta. En una mina no encontraréis estalactitas, ni estalagmitas, salvo en Valporquero (León). En dicha mina, después de una detonación para abrir una nueva galería, se descubrió una magnífica gruta llena de preciosas estalactitas y estalagmitas que actualmente puede ser visitada, mientras que la mina ya está en desuso. Una mina es un lugar de trabajo y lo sorprendente es ver cómo los barreneros hicieron para detonar los barrenos y conseguir abrir semejantes bóvedas sin que la montaña se les cayera encima.
Podéis apreciar las marcas de los barrenos.
Depósitos de escoria (los restos no utilizables).
La mina debe su nombre al alegre riachuelo que corre junto a la entrada. En verano, los lugareños aprovechan sus pozas para refrescarse. Merece la pena darse un paseo por los alrededores, descubriendo respiraderos de la mina, los restos de alguna torre,...
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