Otra de las tareas que tenía pendiente era ocuparme de mis plantas. Mi madre siempre me ha aconsejado podarlas en otoño, antes de que lleguen los fríos pero los últimos años en los que el otoño ha sido bastante suave me daba pena recortar mis plantas llenas de flores. Y este año que ha sido excepcional, me ha pillado el mes de enero sin haberlo hecho. Aunque todavía no hace frío realmente, necesitaban que me ocupara de ellas.
Así que una vez empezadas las tareas me he obligado a no postponerlo más. Les he dedicado un tiempo que venían pidiendo para quitarles las hojas que las orugas habían recortado, para eliminar las orugas que el frío no se ha encargado de eliminar y para cambiar la tierra vieja, dejándolas listas para afrontar el invierno. En primavera me lo agradecerán llenándose de flores.
Así que una vez empezadas las tareas me he obligado a no postponerlo más. Les he dedicado un tiempo que venían pidiendo para quitarles las hojas que las orugas habían recortado, para eliminar las orugas que el frío no se ha encargado de eliminar y para cambiar la tierra vieja, dejándolas listas para afrontar el invierno. En primavera me lo agradecerán llenándose de flores.
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