domingo, 26 de abril de 2020

Hacia una nueva normalidad

Ya se empieza a hablar en nuestro país de que en un plazo cercano podremos empezar a abrir nuestro mundo poco a poco. Todo dependerá de ciertos indicadores que todavía no conocemos pero cuando alcancemos los valores esperados, nuestras vidas se irán acercando a esa nueva normalidad que nos espera. A pesar de lo que nos gustaría, esa nueva normalidad estará muy alejada de lo que eran nuestras vidas antes de la aparición en ellas del covid-19.
Yo, por lo pronto, el martes empiezo a trabajar. Por una parte con ganas, con ganas de salir de estas cuatro paredes y volver a entablar contacto con mis compañeros, pero por otra parte con un poco de miedo a la situación que me voy a encontrar. Supongo que todo habrá cambiado, de hecho, en mi caso cambiaré de lugar en mi trabajo para aumentar las distancias. Todo sea por asegurar en la medida de lo posible que no nos contagiamos entre nosotros en el caso de que alguno se encuentre enfermo por el dichoso coronavirus.
Además tendré que cambiar mis hábitos ya que, habitualmente, me desplazo en transporte público pero tendré que hacerlo en nuestro coche para protegerme pues tengo un paciente de riesgo en casa. Y al volver, tendré que regresar a casa sin detenerme, sin paseos, sin escaparates, sin más compras que la de la alimentación. Aumentaré mis salidas de casa y eso me obligará a extremar precauciones al volver.
Por el momento, no se parecerá en absoluto a lo que yo recordaba. Esperemos volver a la otra normalidad cuanto antes…

jueves, 23 de abril de 2020

Día del libro

Hoy se celebra el día del libro de manera totalmente atípica porque no podremos salir a ver los libros en el mercadillo de libros que se suele poner o en las librerías, no podremos verlos y tocarlos para ver la sensación que nos transmiten antes de decidirnos a comprarlos. Nunca sé por qué he cogido un libro y no otro, por qué ha llamado mi atención, si fue la llamativa portada, el título ingenioso, el sorprendente nombre del autor o la interesante descripción de la contraportada,… A veces, el libro que me seduce puede ser el que parece querer pasar desapercibido entre el montón de libros…
Nos queda la opción de buscar y comprar en Internet pero dados los problemas que hay en los envíos, pasará mucho tiempo hasta que te llegue. ¿Qué puedes hacer entonces para honrar este día como se merece si no tienes un libro empezado?
Seguro que tienes en tu biblioteca algún libro que nunca has leído o libros que leíste hace mucho tiempo y ni siquiera recuerdas cómo eran o libros que te gustaron pero hace mucho que no los has vuelto a coger… ¿A qué esperas? Coge uno de ellos y dedícale un rato, concédele a este día un momento y seguro que no te arrepientes.
Yo cambié el mueble de mi biblioteca hace poco y quiero aprovechar para liberar un poco de espacio. Estoy releyendo libros que llevan mucho tiempo en mi casa, que leí pero ya no recordaba, con la idea de decidir cuáles se quedan y cuáles se van. En este momento estoy leyendo “El navegante” de Morris West. Llevo leído un tercio y me parece que se va a quedar.

miércoles, 22 de abril de 2020

Día Internacional de la Madre Tierra - Día de la Tierra

Aunque no tenemos planeta de repuesto, hay que reconocer que no lo hemos tratado demasiado bien. A pesar de las voces de alerta y las peticiones para frenar el cambio climático, todos los gobiernos han primado el desarrollo económico y todos los pasos que se han dado a favor de la Tierra han sido pequeños para paliar todo el daño que le estamos haciendo.
Y ha tenido que venir el COVID-19 a obligarnos a parar, nos hemos visto obligados a detener nuestra frenética actividad y el planeta ha podido, al fin, respirar. Esta pandemia ha obligado a nuestros gobiernos a hacer más de lo que estaban dispuestos y la Tierra ha salido beneficiada.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Tierra (*), espero que hayamos aprendido y no volvamos a la situación anterior. Todos los demás habitantes de la Tierra lo agradecerán, y nosotros también.

¡Feliz día de la Tierra!

(*) cada 22 de abril desde 1970

Links de interés:
https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_la_Tierra
https://www.un.org/es/observances/earth-day

PD: en el momento de escribir este post no era consciente de que este año se celebra el 50º aniversario de la celebración del día de la Tierra

lunes, 20 de abril de 2020

La vida sigue: amarilis

Y mientras nuestras vidas están aparcadas en este impasse interminable, la naturaleza sigue su curso. Las flores se despiertan y los animales invaden lo que nosotros consideramos nuestros espacios.
Incluso en nuestros balcones, esos balcones a los que salimos cada día a las 8 de la tarde, los tiestos nos demuestran que la vida sigue sin nosotros.
Mis amarilis, una vez más, han comenzado a florecer. Dentro de unos días me regalarán dos varas con cuatro (o quizá más) preciosas flores de color rojo. Este año se han vuelto a olvidar de sacar las hojas antes que las flores.


También tengo otra amarilis, cuya historia os contaré cuando empiece a tener flores, que ha empezado a sacar nuevas hojas.


La vida sigue y parece que se hubiera olvidado de nosotros, parece que no somos imprescindibles.

Ver otros posts de las grandes y hermosas flores que me han proporcionado otros años:
https://unpocoydemas.blogspot.com.es/2017/05/diario-de-amarilis.html
https://unpocoydemas.blogspot.com.es/2017/05/fin-de-amarilis.html
https://unpocoydemas.blogspot.com/2018/04/amarilys-2.html
https://unpocoydemas.blogspot.com/2018/04/amarilis-3.html

sábado, 11 de abril de 2020

Sentimientos a flor de piel

Cuando era joven y vivía con mis padres y hermanas, las películas románticas o melodramáticas hacían que mis hermanas y yo tuviéramos que aferrarnos al pañuelo mientras llorábamos en los momentos más emotivos del filme.
Ya había notado que la edad me ha afectado y me resulta aún más fácil llorar en ciertas situaciones, noticias conmovedoras, libros que tocan tu fibra sensible, películas tiernas,..
Y desde que estamos en cuarentena, incluso se ha acrecentado, ¡hay tantos momentos emocionantes que me afectan en esta situación!
Cuando salimos a aplaudir a las 8 de la tarde para animar y agradecer a los sanitarios y policía que se juegan su salud para salvarnos a nosotros.
Cuando escuchamos alguna de las canciones que se reciben por las redes sociales para dar ánimos a la población y, sobre todo, a los sanitarios, los policías y todos aquellos que se ocupan de nuestro bienestar, incluidos los que trabajan en los supermercados o farmacias, todos aquellos que trabajan para que nosotros podamos quedarnos en casa.
Cuando vemos en la televisión personas que han salido de la UCI o que han salido del hospital.
Cuando vemos cómo los balcones se convierten en sustitutos improvisados de los momentos de encuentro con nuestros amigos, nuestros vecinos y nuestros familiares.
Cuando vemos a nuestra familia en nuestras reuniones por el móvil.
Incluso mientras escribo este post se me saltan las lágrimas y es que tengo los sentimientos a flor de piel.

domingo, 5 de abril de 2020

Galbana

Habitualmente me gusta salir y pasear por la ciudad o por el monte pero, tampoco, tengo reparos en quedarme en casa aunque me considero bastante activa, esto es, cuando estoy en casa, hago cosas y no paso demasiado tiempo viendo la televisión, prefiero actividades en las que yo pueda decidir: limpiar, cocinar, tejer, escribir, incluso leer.
Empecé este periodo de cuarentena con energía. Por fin podía hacer esas cosas que no tenía tiempo de hacer.
Como todos los mensajes tenían relación con el distanciamiento social, la limpieza y evitar el contagio, me decidí por hacer limpieza general en mi casa. Así mataba dos pájaros de un tiro: me mantenía ocupada y limpiar me dejaba sensación de tranquilidad, de que estaba haciendo las cosas bien. Trabajar con guantes y productos de limpieza fuertes me ha pasado factura en las manos y lo he tenido que interrumpir por lo que en mi cabeza tengo un asunto empezado, sin terminar, que está molestándome.
Otra ocupación es preparar la comida, por lo que una buena actividad podía ser probar recetas nuevas. Después de intentar algunas recetas que no han resultado como yo esperaba, ya no estoy tan animada.
Mi profesora del gimnasio intenta que nos movamos y nos ofrece actividades todos los días de la semana y aunque podría, tampoco estoy dispuesta a hacer mucho más de lo que hago habitualmente.
Siempre me ha atraído la lectura y tengo bastantes libros para releer y decidir si se quedan en mi librería o los cedo. Sin embargo, debo reconocer que me cuesta bastante centrarme y he conseguido terminar ayer un libro que había empezado a leer antes de la cuarentena. Así que parece que la lectura no es una buena opción.
Me gusta hacer punto y ganchillo y tenía previsto hacer algunas pruebas con unos puntos de ganchillo nuevos que vi por Internet. A pesar de que tengo a mano una bolsa con el ganchillo y los hilos que necesito, no he encontrado el momento.
Según han ido pasando los días, he ido viendo cómo esa energía con la que comencé me ha ido abandonando. No sé si a los demás os ha sucedido pero a mí me ha invadido una especie de galbana que me arrastra y me cuesta dejar. ¡Casi ni me reconozco!

jueves, 2 de abril de 2020

La última vez

Cuando somos conscientes de que estamos ante nuestra primera vez en algo, normalmente solemos estar nerviosos y expectantes porque supone una nueva experiencia que, probablemente, nos marcará en nuestra vida: el primer día de colegio, en el instituto, en la universidad o en el trabajo, el primer día con una pareja,…
Otras veces, aun siendo nuestra primera vez, no somos conscientes de ello y es después cuando nos damos cuenta de que fue algo trascendente. Cuando conocí a mi marido, no sabía que iba a ser la persona más importante en mi vida, ha sido después, cuando recuerdo el día en que nos conocimos, cuando soy consciente de que fue el día en que nos vimos por primera vez.
Esto es lo que suele pasar con el último día: muchas veces no sabemos que es la última vez que hacemos algo, no podemos saber que es la última vez que estuvimos con alguien,… Muchas veces, una enfermedad seria, un ingreso en el hospital, nos da tiempo a despedirnos correctamente, nos da la oportunidad de hacer y decir aquello que siempre dimos por sentado pero nunca hicimos o dijimos pero… ¿y cuando no es así? Yo no pude despedirme de mi padre, hace ya muchos años que murió de un paro cardíaco, y me acuerdo del día anterior, cuando estuvimos hablando por última vez y no lo sabíamos... Cuántas cosas cambiaríamos si supiéramos que ya no habría más…
Y si eso nos puede suceder en cualquier momento… Cuanto más ahora que llevamos confinados más de dos semanas sin estar con nuestros seres queridos, ni con nuestros amigos, aunque nos veamos y chateemos por Internet o hablemos por teléfono. Nos puede pasar que la última vez que estuvimos con alguno de ellos antes del confinamiento, sea la última vez, y no tendremos tiempo a despedirnos correctamente porque esta locura de pandemia nos ha dejado sin opciones. Cuando alguien va al hospital, la única forma de volver a verlo es que se cure.
Supongo que por eso, yo estoy aprovechando la oportunidad que me da la tecnología de estar con mis seres queridos, con mis amigos, hasta con mis compañeros de trabajo. Oír su voz, ver sus caras,… Espero que no pero… podría ser la última vez.