lunes, 31 de agosto de 2015

Parques y zonas verdes en Donostia

Los parques, en una ciudad, nos permiten huir temporalmente del asfalto y el cemento. Durante el tiempo que dure nuestro paseo nos habremos acercado a la naturaleza y probablemente hayamos encontrado el equilibrio o, al menos, lo hayamos rozado.
Donostia no tiene grandes jardines en el centro de la ciudad pero sí que tiene amplias zonas verdes en los alrededores. Además del Parque de Aiete que ya os mostré (ver http://unpocoydemas.blogspot.com/2014/03/palacio-de-aiete-y-parque.html) y podríamos decir que como complemento, tenemos el parque Cristina Enea. Al parque de Cristina Enea se puede acceder por la entrada tradicional desde Eguia o desde la más nueva a través del puente peatonal que nos lleva desde Riberas de Loiola.
Los edificios son del estilo de los que se pueden encontrar en el Parque de Aiete, como si fueran de muñecas: curiosos y coquetos.




Los habitantes más famosos del parque: los pavos reales. No los molestes. Si llegas en la época adecuada (estas fotos fueron hechas en abril) podrás admirarlos en todo su esplendor durante la época de celo, exhibiendo sus hermosas colas para encandilar a las hembras. Más tarde, parece ser que la pierden, por eso esta vez tenían las colas cortitas.



Otros habitantes del parque que gustan a los niños: los patos que en la charca viven a sus anchas.

Podrás pasear mientras disfrutas de los hermosos árboles que pueblan el parque.




Estos helechos arbóreos parecen salidos de una época remota.

Aparte de estos dos parques, el monte Urgull, detrás de la parte vieja también te puede servir para pasear. Mientras descubres los restos del Castillo de la Mota desde la cima, en que se encuentra la gran estatua del Sagrado Corazón, podrás observar hermosas vistas de la ciudad.


Un poco más apartado, el parque de Ametzagaña, también puede servir para proporcionarte solaz y sosiego. Desde su balcón, aunque más lejos, también podrás ver la ciudad.



sábado, 29 de agosto de 2015

Mermelada de moras

El año pasado no hubo suerte pero este año, por sorpresa, encontramos moras maduras en cantidad. Afortunadamente mi marido llevaba un par de bolsas de plástico en la mochila y entre los dos cogimos kilo y medio de moras.
Al llegar a casa, me puse manos a la obra. Las moras son muy frágiles y lo mejor es preparar la mermelada cuanto antes.
Primero, lavar bien las moras y escurrirlas. Pesarlas y calcular la cantidad de azúcar necesaria: 750 g por cada kilo de moras. En mi caso, 1.125 g de azúcar para 1.500 g de moras.

Poner las moras en una cazuela al fuego, no demasiado fuerte.

Añadir el azúcar, reservando una parte por si fuera necesario. En mi caso eché 1 Kg de azúcar y reservé 125 g.

Dar vueltas para que el azúcar se mezcle bien.


Al cabo de una media hora (*), prepara un pasapurés con agujero fino. Servirá para quitar la mayoría de las pepitas. Si no las quitas, queda un poco desagradable al paladar.

Es el momento de probar el resultado y decidir si necesita más azúcar. En ese caso, añade cierta cantidad o todo lo que tienes reservado, a tu criterio. Si está demasiado dulce, ya que depende del sabor de las moras que has recogido, añade zumo de limón para darle un contrapunto agridulce. En mi caso, las moras eran bastante ácidas de inicio, con lo que esta vez no ha sido necesario añadir limón. Dale unas cuantas vueltas más en el fuego y sepáralo. A pesar de que te parezca demasiado líquida, suele espesar bastante al enfriar.

Coge los frascos que tendrás limpios previamente. Si lo consideras necesario puedes esterilizarlos. Yo los he limpiado bien con jabón y los he secado con un trapo limpio. Rellena los tarros y ciérralos.

En cuanto puedas mételos al frigorífico. En cuanto baje la temperatura de la mermelada, mételos en el congelador. Cuando la necesites, saca un frasco y coge con una cuchara lo que te haga falta. Vuelve a guardar en el congelador inmediatamente. Para mí es la mejor manera de conservar la mermelada casera. La manera tradicional, esterilizando los frascos, obliga a comerse la mermelada rápidamente una vez abierto un frasco. Debido a que no tiene conservantes, una vez abierta pierde la protección de la esterilización. Acostumbrados como estamos a las conservas industriales que duran mucho tiempo, a veces, nos despistamos con las mermeladas caseras y, en mi caso, una de mis hijas tuvo una pequeña reacción alérgica porque la mermelada se había pasado. Desde que la congelo, no nos ha vuelto a suceder.

Quizá con más detalle en el post en que expliqué el truco de congelar las mermeladas:

(*) Esta vez he dado vueltas alrededor de media hora y ha sido suficiente. En algún caso puede que te lleve más. Supongo que depende de la consistencia de las moras y de la cantidad de jugo

jueves, 27 de agosto de 2015

Artikutza

Artikutza es una finca de 3.645 hectáreas que pertenece al Ayuntamiento de Donostia/San Sebastián aunque se encuentra en territorio navarro. Originalmente se compró para construir un embalse que abasteciera de agua a la ciudad pero resultó insuficiente por lo que se construyó un segundo embalse, el de Añarbe, y Artikutza se convirtió en un parque natural.
Hay una carretera que lleva desde este lugar hasta el poblado pero sólo se puede acceder en vehículo con un permiso especial del ayuntamiento o cada 28 de agosto, festividad de San Agustín, en que la entrada es libre y hay fiestas en el poblado. Si tienes permiso, podrás llegar hasta el poblado en coche pero si no, tendrás que llegar andando. Si hace calor, no te recomiendo la carretera, coge un camino que cruza a través de un hermoso bosque, perfecto para pasear en días de mucho calor. En unos 5 Km habrás alcanzado el poblado que se encuentra al pie del embalse.
La casa del guarda, donde deberás dejar el coche si no tienes permiso.




Juegos de luces y sombras.




Hermosos retoños de roble o haya… ¿cuántos de ellos llegarán a convertirse en grandes árboles?


Un remanso de paz.








Esta vez no hemos llegado hasta el poblado que se encuentra junto al embalse. Nos hemos dado la vuelta antes. Me entretengo demasiado sacando fotos…
Un apunte sobre el día de San Agustín: aprovechando que la entada es libre, bastante gente acude al poblado por lo que no esperes poder aparcar demasiado cerca.

Más información en:
https://www.donostia.org/info/ciudadano/pyj_artikutza.nsf/fwHome?ReadForm&idioma=cas&id=A509887620556
http://www.euskomedia.org/aunamendi/20648

martes, 25 de agosto de 2015

Hace un mes... reflexiones

Hace un mes que mi hija mayor se fue lejos, en busca de trabajo y experiencias. Poco a poco se va acostumbrando a los cambios que un país nuevo trae consigo: el idioma, las personas, la cultura, las costumbres,… Aunque sea duro en algunos momentos (confío en no sean muchos) espero que aprenda y retenga sus nuevas vivencias para su crecimiento interior.
Sigue en mi mente la reflexión que hice en su momento sobre los jóvenes bien preparados que tienen que buscar su futuro en un lugar lejano porque no encuentran un buen sitio en su lugar de origen… (ver http:// unpocoydemas.blogspot.com/2015/07/despedida.html) pero, después de discutir este tema con mi amigo el fotógrafo que está en una situación similar, con su hijo fuera de casa, he podido desligar este asunto de mi corazón y reconozco que, a pesar de todo, nuestros hijos son unos privilegiados. Gracias a Internet pueden estar en contacto con los de casa, le puedes ver, aunque no sea lo mismo porque se pierde el contacto humano deberíamos recordar que hace tan sólo 40 años, una situación similar se solucionaba a base de cartas. Si les sale mal, siempre tienen una casa a la que volver, una familia que los volverá a acoger en espera de que encuentren un trabajo y un futuro.
Eso me lleva a pensar en muchos otros jóvenes con pocos recursos que viven, normalmente, en países subdesarrollados y que se lanzan con lo puesto a países de los que lo desconocen todo, salvo que están en mejor situación que el suyo, jugándose incluso la vida en el intento. Jóvenes que a menudo, demasiado a menudo, salen en las noticias como víctimas de un desgraciado accidente en el mar. Madres, como yo, que seguro vivirán mucho más angustiadas que yo el viaje de su hijo que quizá no regrese jamás. Después de pensar en esto, casi me siento sin derecho a preocuparme mucho por mi hija porque sé que ella estará bien.
¿Qué se podría hacer para solucionar estas desgracias anunciadas? ¿Qué podríamos hacer para solucionar el problema en origen y evitar tanto dolor?

domingo, 23 de agosto de 2015

Jaizkibel

Después de los posts que llevo dedicados a Jaizkibel, os habréis dado cuenta de cuánto nos gusta este monte. Quizá os preguntéis cómo es posible hacer tantos recorridos y que los paisajes sean, a veces, tan diferentes entre sí.
Jaizkibel es el monte que se encuentra entre Pasai Donibane y Hondarribia (Fuenterrabía). Una carretera con hermosas vistas lo recorre cerca de la cresta (en azul en la imagen). Con tan solo 545 m. de altura sobre el mar y unos 15 Km de longitud, está prácticamente deshabitado en todo el lado que da hacia el mar. Se puede cruzar andando en unas 4-5 horas y dicho recorrido pertenece al Camino de Santiago de la Costa, pero existe otro recorrido por la costa que está calculado en 9-10 horas y es bastante duro ya que se está subiendo y bajando constantemente. Ese recorrido es espectacular aunque siendo tan largo no creo que permita, a los que lo recorren, detenerse demasiado ante tanta belleza.

Y luego, para los que somos más comodones, dejando el coche en la carretera se puede acceder en una hora o poco más a casi cualquier lugar de la costa de dicho monte. Tiene muchos valles y algunos de ellos, como ya os he mostrado, singulares y hermosos.

Imagen tomada de Google Maps.

viernes, 21 de agosto de 2015

Otro paseo por Jaizkibel

Un bonito día de verano, perfecto para pasear.
Dejamos el coche aparcado cerca del campo de tiro militar. De vez en cuando todavía lo utilizan, en esos casos cierran los accesos pero hoy no es uno de esos días.
Si seguimos hacia delante, llegaremos hasta Azabaratza
(ver http://unpocoydemas.blogspot.com/2014/06/asabaratza.html) pero si vamos hacia la izquierda, vamos a ver hacia dónde nos lleva.

Hermosas vistas del mar.

Uno de los pocos caseríos que se encuentran por la zona. En primer término un pozo para hacer prácticas con granadas.

Más vistas del mar.

Hacia atrás dejamos una de las torres que vigilaron Jaizkibel y alrededores. Actualmente, creo que se conservan cuatro.


Una vista de la costa hacia el oeste. En lo alto de una pared casi vertical, se puede atisbar el Faro de la Plata (ver http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2014/07/faros-de-guipuzcoa.html). Más a la derecha se puede ver la punta de Mompás del monte Ulía.

Otra vista de la costa hacia el este. La punta más alejada: Punta Turruia y entre esta punta y la de Gaztarrotz (la anterior), el valle de Labetxu o valle de los colores (*).

Una perspectiva para que os hagáis una idea de la inclinación de estas laderas que dan al mar.

Unas bonitas plantas crasas que crecen sobre una roca.

Manzanilla en flor. Me encanta cómo huele la planta de manzanilla y las flores frescas.

El agua tenía un bonito color turquesa.

Un helechal. Antaño, los helechos se utilizaban como cama para los animales y para presentar el pescado en las pescaderías. Ahora, en algunos lugares ponen helechos de ¡plástico!

Colores.

Es una pena que esta mariposa no estuviera más cerca y yo no pudiera acercarme más. Era bastante grande.

Zapateros en el agua.

Prácticamente imposible.


Un bonito penacho de musgo.

La vaguada con vistas al mar.

Desde aquí, yendo hacia el este llegaremos a la cala llamada Azabaratza, que como os he indicado ya mostré en un post. Volveremos hacia el punto de partida por el camino que no hemos tomado al venir.

Actualmente, no parece un camino muy transitado. Prácticamente desaparece tras nuestros pasos.

Os voy a mostrar unas cuantas plantas espinosas que hemos encontrado en nuestro recorrido y también tienen su encanto. Diferentes tipos de cardos.




La omnipresente argoma.

Y la zarzamora con sus flores y frutos. Cuando las moras se pongan negras vendré a recogerlas para hacer mermelada. El año pasado no pude hacer porque no conseguí moras suficientes.

Otro hermoso paseo por Jaizkibel.

(*) El valle de Labetxu o Gaztarrotz es un hermoso valle que os he mostrado en varios posts:
http://unpocoydemas.blogspot.com/2014/05/gaztarrotz.html
http://unpocoydemas.blogspot.com/2014/05/gaztarrotz-y-2.html
http://unpocoydemas.blogspot.com/2014/06/otra-vez-gaztarrotz.html