jueves, 19 de febrero de 2015

Papaya

No había probado esta fruta salvo deshidratada y me gustaba pero ¿y fresca?
El hecho de que habitualmente sean tan grandes, me echaba un poco para atrás a la hora de comprar porque… ¿y si no me gustaba?
Pero ayer, me animé, debía tener espíritu aventurero. Y después de comprar un hermoso ejemplar de papayón de más de un kilo, tuve que mirar en internet para saber cómo se puede comer. ¡Bendito internet!
Me animé por lo más simple: limpiar la piel,…

 … cortar por la mitad,…

… quitar las semillas, limpiar por dentro y rociar con zumo de limón.

Aconsejaban dejarlo un rato en el frigorífico (alrededor de una hora), pero como estamos en invierno, la dejé algo menos. Comer con cucharita… y me gustó, está sabrosa. Me recuerda, quizá, un poco al caqui que también me gusta aunque la carne de la papaya sea menos compacta (no me gusta el caqui demasiado maduro como comen algunos). Incluso el color, también me lo recordaba.

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