lunes, 12 de octubre de 2015

Lisboa (2)

Hoy repetimos parte del trayecto de ayer pero de día. Los mismos edificios, los mismos lugares cambian muchísimo según la luz que reciben. Así las fotos de un mismo sitio son muy diferentes con día nublado, con el sol de la mañana, de noche,… Además, de noche y de día, no son las mismas cosas las que llaman tu atención.

Escultura homenaje al escritor portugués Fernando Pessoa (13/6/1888-30/11/1935) a la salida de la estación de metro Baixa Chiado. Puedes sentarte a su lado para charlar…

Una curiosa escúter con sidecar y su simpático conductor y acompañantes.

El puente del elevador de Santa Justa.

Divulgación cultural ¿una biblioteca ambulante?

El elevador de Santa Justa, Monumento Nacional de 1902. Como os comenté, está en obras y eso afea un poco las fotos. Suele haber cola para subir, así que podéis intentar bajar por el otro lado en lugar de subir. El precio es el mismo (subida/bajada, aunque en realidad permiten 2 viajes, y subir al mirador) pero no suele haber cola, además el ascensor no permite ver el exterior mientras sube o baja. En esta ocasión eran 5 €.

La Plaza de Pedro IV con sus puestos de flores y, al fondo, el Teatro de Doña María II.

La Casa Portuguesa do pastel de bacalhau que ayer estaba cerrada, tiene toques de decoración con aire steampunk.

El Arco da Rua Augusta desde la Plaza del Comercio.

En el centro de la Plaza del Comercio. El elefantito está al otro lado.

Ayer se veían las luces, hoy apenas se ve la costa.

El Puente del 25 de Abril.

El Castillo de San Jorge desde la Plaza del Comercio.

Después de valorarlo, aunque se puede ir en tranvía, decidimos coger un taxi desde la Plaza del Comercio hasta la Torre de Belém.
El Puente del 25 de Abril a nuestro paso. La vía del tren a nuestra izquierda.

Réplica del avión del primer vuelo trasatlántico portugués en el parque de Belém.

La Torre de Belém, del s. XVI, ejemplo representativo de la arquitectura manuelina.


El monumento a los descubridores, Padrão dos descubrimientos, de 1960 en recuerdo del 5º centenario de la muerte de Enrique “el Navegante”.

El mundo con las gestas marítimas y las antiguas colonias portuguesas.

Un lugar oficial para colocar los “candados del amor”. Ojalá fuera garantía de que el amor durará para siempre.

Un puesto super-coqueto para comprar yogur helado.

El Monasterio de los Jerónimos, del s. XVI.


Ya en otra zona, la Plaza de Toros.

Un avión sobrevuela la ciudad.

El Acueducto das aguas livres desde el coche.

Y si podéis cenar algún día en algún restaurante con fados acompañado de un vino verde, no os decepcionará. Nosotros lo hicimos en el Caldo Verde donde dos cantantes de fados se iban turnando dejando intervalos de descanso entre ellos. Cuando cantaban, bajaban las luces y se hacía el silencio. El bacalao no es el mejor que he comido pero...

En el próximo post subiremos al Castillo de San Jorge.

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