lunes, 5 de octubre de 2015

Reflejos

Los vidrios y los cristales pueden dar mucho juego en una casa en cuanto entra un rayo de sol. Yo tengo mi juego particular gracias a un plato compuesto de cristales que reparte destellos por el techo de mi sala cuando por las mañanas aparto las cortinas para que entre el sol.

Cuando eso sucede, aparecen puntos luminosos, algunos de ellos de colores, repartidos en círculos por el techo y me acuerdo de aquella película de Disney, algunos dirán que almibarada aunque yo diría que tierna, que se titulaba “Pollyanna”. Cuando la protagonista iba a casa del malhumorado señor Pendergast y descubría, sorprendida, los pedazos de arcoíris luciendo en la pared por obra y gracia de los prismas de cristal de una lámpara.



Recientemente, después de admirar por la mañana las luces en el techo ha vuelto a mi memoria y la he visto de nuevo. Es una de esas películas para tarde de domingo que te dejan buen sabor de boca y con el espíritu contento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario