Este domingo será la carrera de empresas (ver http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2015/05/viii-carrera-de-empresas.html), la carrera para la que me he preparado desde hace dos meses (ver http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2017/03/correr.html).
Hice bien en ser prudente al presentarme al equipo pidiendo el parecer de mi profesora del gimnasio, porque no ha sido fácil. Me he preparado más o menos sola, aunque siguiendo los consejos de personas que llevan tiempo corriendo y saben mucho más que yo, pero me ha costado conseguir ese “trote cochinero” (*) que me decían que hay que encontrar.
Después de unos cuantos intentos, ya me di cuenta de que tendía a ir demasiado rápido porque me asfixiaba y tenía que seguir andando, con lo que conseguía terminar el recorrido corriendo y andando. Analizando los resultados, llegué a conseguir completar una distancia similar a la que se realiza en la carrera de este domingo y el tiempo me resultaba aceptable, por lo que quedaba claro que cuando corría, lo hacía demasiado rápido, pero sin alguien que me ralentizara me resultaba difícil bajar el ritmo (**). He estado muy preocupada hasta la semana pasada, en que convencí a mis compañeros para correr juntos. Sería bueno para mí, que vería si era capaz de seguir la carrera sin parar, y para ellos, que verían si nos podíamos adaptar bien. Debo decir que la prueba fue tranquilizadora. Con alguien marcando un ritmo algo más lento he visto que seré capaz, así que después he entrenado un par de veces más y ya no me queda más que descansar hasta el domingo en que podré mostrar lo que he conseguido y disfrutar de la carrera con mis compañeros.
(*) le llaman “trote cochinero” a ese ritmo que resulta fácil de llevar y que puedes mantener cómodamente
(**) supongo que el hecho de que mi única experiencia corriendo fuera coger el tren o el autobús, influye en el hecho de que tienda a ir rápido
(***) que como sabréis, significa “la suerte está echada”
Hice bien en ser prudente al presentarme al equipo pidiendo el parecer de mi profesora del gimnasio, porque no ha sido fácil. Me he preparado más o menos sola, aunque siguiendo los consejos de personas que llevan tiempo corriendo y saben mucho más que yo, pero me ha costado conseguir ese “trote cochinero” (*) que me decían que hay que encontrar.
Después de unos cuantos intentos, ya me di cuenta de que tendía a ir demasiado rápido porque me asfixiaba y tenía que seguir andando, con lo que conseguía terminar el recorrido corriendo y andando. Analizando los resultados, llegué a conseguir completar una distancia similar a la que se realiza en la carrera de este domingo y el tiempo me resultaba aceptable, por lo que quedaba claro que cuando corría, lo hacía demasiado rápido, pero sin alguien que me ralentizara me resultaba difícil bajar el ritmo (**). He estado muy preocupada hasta la semana pasada, en que convencí a mis compañeros para correr juntos. Sería bueno para mí, que vería si era capaz de seguir la carrera sin parar, y para ellos, que verían si nos podíamos adaptar bien. Debo decir que la prueba fue tranquilizadora. Con alguien marcando un ritmo algo más lento he visto que seré capaz, así que después he entrenado un par de veces más y ya no me queda más que descansar hasta el domingo en que podré mostrar lo que he conseguido y disfrutar de la carrera con mis compañeros.
Alea jacta est (***)
(*) le llaman “trote cochinero” a ese ritmo que resulta fácil de llevar y que puedes mantener cómodamente
(**) supongo que el hecho de que mi única experiencia corriendo fuera coger el tren o el autobús, influye en el hecho de que tienda a ir rápido
(***) que como sabréis, significa “la suerte está echada”
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