martes, 12 de septiembre de 2017

No al plástico

Recuerdo que cuando yo era pequeña, casi no existían los objetos de plástico, se utilizaban trapos y bolsas de tela para llevar objetos. Como a veces era incómodo, poco a poco el plástico, con su versatilidad, se ha ido adueñando de nuestras vidas de tal manera que casi parece que no podemos vivir sin él. Pero tanta comodidad no podía ser gratis y ahora nuestro problema es que no sabemos qué hacer con tanto plástico. Sólo podemos reciclar cierta cantidad y algunos de nuestros científicos están dando vueltas a qué más se podría hacer para solucionarlo.
En la idea del post que escribí hace dos años http://unpocoydemas.blogspot.com.es/2015/06/reciclar-o.html?m=0, deberíamos ir pensando ya en una reducción drástica de nuestra utilización de plástico:
- podríamos dejar de coger bolsas de plástico en el supermercado si lleváramos el carro o bolsas reutilizables en el bolso
- podríamos coger menos bolsas en la frutería si pusiéramos varias frutas y verduras en la misma bolsa y pegáramos todas las etiquetas (mis hijas, incluso, llevan bolsas de tela para esta función)
- podríamos escoger con preferencia aquellos artículos que tienen embalaje de cartón o envase de vidrio en vez de plástico… y muchas ideas más.
Otro ejemplo, algo tan pequeño y simple como los bastoncillos de los oídos tiene una barrita de plástico. A veces se tiran por el inodoro y llegan hasta el mar. En un documental que vi, había una playa llena de palitos de plástico que la corriente había llevado, cuál sería mi sorpresa cuando me descubrieron que eran miles de palitos de bastoncillos para los oídos.
Para evitar al planeta males mayores, podemos hacer sustituciones de productos que utilizamos por otros más ecológicos. En casa hemos empezado a utilizar bastoncillos de cartón que una vez usados pueden echarse al contenedor de orgánico.


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