miércoles, 20 de septiembre de 2017

Planes

Nos pasamos la vida haciendo planes y planificamos al detalle para evitar que algo se nos escape y que nuestros objetivos no se cumplan, pero a veces aparecen imprevistos, que por algo se llaman así, y nos estropean ese proyecto que tan bien habíamos preparado. Unas veces es culpa nuestra que fuimos demasiado optimistas pero otras habría sido imposible contemplarlo. De todas formas el estropicio estará hecho y tendremos tres posturas para afrontarlo: una sería lamentarnos siempre de lo que pudo ser y no fue (*), otra aceptarlo y dejarlo estar y la última sería darle una vuelta a nuestro proyecto y buscar una alternativa o solución a lo que pasó.
Personalmente, dependiendo del caso escogería la segunda o la tercera opción aunque a veces nuestra mente nos quiera enredar en la primera, por favor, no le hagáis caso porque no podréis salir de ese bucle sin solución.

(*) Una profesora nos decía que “hubiera” era un tiempo perdido y, la verdad, es que si lo piensas detenidamente no andaba muy descaminada pues cuando nos decimos “si hubiera hecho esto…” o “si no hubiera pasado aquello…”, no hay posibilidad de recuperar el momento en que podría haber pasado y no pasó o al revés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario