domingo, 2 de febrero de 2014

Temporal en el Cantábrico

Esta mañana, una amiga nos ha comunicado que estaban cerrados los 5 puentes de Donostia y no nos lo podíamos creer. Estaba declarada alerta roja por olas para el fin de semana, pero no nos esperábamos esto: esta madrugada sobre las seis de la mañana y coincidiendo con la pleamar, se han desatado las olas y han causado enormes destrozos en toda la cornisa cantábrica.
Bonito espectáculo para la tarde del domingo: la pleamar (*) de las seis con olas enormes y ver todos los desperfectos causados esta mañana. Afortunadamente, no ha alcanzado los niveles de esta mañana y todo el mundo ha podido contemplar las olas que remontaban el río Urumea y golpeaban contra los puentes. Los puentes han sufrido mucho: han perdido parte de la barandilla, al igual que han perdido parte de sus barandados todos los muros protectores del litoral. El tercer puente seguía cerrado por la tarde y los demás estaban parcialmente abiertos.


La verdad es que yo nunca había visto así la ciudad.

(*) La pleamar se produce dos veces al día intercaladas cada una de ellas por una bajamar. Se llama pleamar al momento en que el mar adquiere su máxima altura y bajamar al momento en que el mar adquiere su mínima altura. Entre dos pleamares hay algo más de doce horas, por lo que las horas de pleamares y bajamares van variando a lo largo del año. La diferencia de altura entre la bajamar y la pleamar, también varía a lo largo del año, ya que son las posiciones relativas de la Tierra, el Sol y la Luna las que afectan a las mareas. Los periodos en que la diferencia es máxima, esto es, la bajamar es lo más baja posible y la pleamar lo más alta posible, se llaman mareas vivas. A lo contrario, se le denominan mareas muertas. Hay tablas de mareas, que dependen de cada zona en la que se indican las horas de la bajamar y pleamar  y alturas esperadas. En este momento estamos en época de mareas vivas.

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