miércoles, 28 de enero de 2015

Experiencia con la justicia

Hoy he tenido mi primera experiencia real y directa con la justicia: he participado en un juicio oral como acusada.
Ya sé que es lo que alegan todos pero ¡yo no había hecho nada! Me he visto envuelta en el juicio debido a un pequeño accidente que tuvo mi hija con el coche en el que yo figuro como titular del vehículo. La otra parte no estaba de acuerdo cuando las aseguradoras la declararon culpable y me denunció a mí, supongo que de forma errónea. A pesar de que, tanto si el juicio se resuelve a nuestro favor como si se resuelve en contra, la cuantía no es alta, debo reconocer que según se acercaba la hora me he puesto muy nerviosa.
Los abogados, el juez y la procuradora con sus togas, todo el procedimiento muy formal y serio. Mi contribución ha sido decir que sí cuando me han preguntado por mi nombre y nada más. Tanto la demandante como yo, que era la demandada, hemos estado sentadas sin hablar ya que sólo el abogado de la parte contraria podía hacernos preguntas y no lo han hecho. Después de que los testigos de cada parte han contestado a las preguntas de cada abogado y de que los abogados han hecho su intervención, el juicio ha quedado visto para sentencia.
Estábamos 9 personas entre juez, 2 abogados, 1 procuradora, 2 testigos, demandante y demandada más la persona que llamaba al siguiente para que entrara en la sala. Acostumbrada a ver juicios en series y películas americanas, en los que casi siempre hay mucha gente, la sala quedaba un poco desangelada con tan poca gente pero aunque el procedimiento sea diferente, la seriedad del mismo sí que me ha recordado a esos juicios.

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