viernes, 18 de julio de 2014

Bretaña (3)

Nos dirigíamos a la costa de granito rosa y nos esperaba un largo viaje de alrededor de dos horas.
Paramos porque llevábamos mucho tiempo en el coche y nos llamó la atención esta curiosa iglesia. Se trata de la iglesia parroquial de la aldea de Trégastel.


Tenía el techo de madera pintado de azul.

Aprovechamos para dar un paseo y estirar las piernas. Antes de volver al camino, tomamos algo y la señora del bar nos dio larga conversación. Parece que ella también tiene tres hijas y de alguna manera eso creó una relación con nosotros. Una simpática vivienda.

Ploumanac'h ya estaba muy cerca. Y llegamos a la costa de granito rosa. Aquí hubo una pequeña discusión con mis hijas que decían que no era rosa. Bueno, quizá el término rosado sea más preciso, pero tiene un curioso color.

El sendero es muy cómodo y el paisaje es muy bonito.














Curiosas moles de granito "rosado" repartidas por la costa.








Todo el camino salpicado de pequeñas sorpresas: un barco, un grupo de canoas, un velero,...


Llega un momento en que te planteas regresar y lo haces con el ánimo en calma.

Durante el camino de vuelta, decidimos parar en Tréguier. En las guías dicen que hay una catedral interesante.

Es otro pueblo pintoresco con casas, quizá, incluso más coloridas que en otros lugares.




Las casas de madera entramada, están pintadas con colores más variados.







































Pero cuando llegamos a la catedral, nos encontramos con la sorpresa de que había un festival y tanto la plaza como la catedral estaban cerradas salvo para acceso al festival (previo pago). Nosotros nos habríamos quedado con gusto si no fuera porque estábamos muy lejos del alojamiento. Así que sintiéndolo mucho, tuvimos que marcharnos sin ver la catedral, ni el festival.


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